Si pensabas que lo peor había pasado ya durante la primera mitad del año, parece que el 2020 quiere aprovechar al máximo la segunda parte, y de nueva cuenta China puede ser el epicentro de un nuevo riesgo epidemiológico, pues en los primeros días de agosto se registraron 37 casos confirmados de Bunyavirus, pero lo que llama la atención de los especialistas es que este número ya se elevó a 60, aunque aclaran que por lo pronto tienen todo bajo control.
El brote se registró en la provincia de Jiangsu, y es raro pues se consideraba que esta enfermedad se había erradicado, pero está de vuelta y causa fiebre hemorrágica viral y el síndrome de trombocitopenia (una grave baja en la cantidad de trombocitos o plaquetas en la sangre, encargados de la coagulación y el cierre de heridas), lo que puede ocasionar la muerte. De hecho, de los casos reportados ya son siete las personas que han muerto. La enfermedad es transmitida por las garrapatas, principalmente, pero se sabe que también puede pasarse de persona a persona a través de la sangre, heridas y el tracto respiratorio.
Los últimos reportes son de hace tres años, cuando un paciente infectó a otras 16 personas, y desde entonces se creía que esta enfermedad ya no afectaría de nuevo, pero esta serie de casos han encendido la alerta de las autoridades chinas, sobre todo porque en esta época del año las garrapatas se reproducen de forma muy activa, por lo que se teme que se esté gestando una nueva epidemia, aunque aseguran que sería de forma local, pues se tiene el control suficiente del virus.
Este virus apareció por primera vez en 2009, principalmente en las provincias de Henan y Anhui, y de ahí se extendió a otros lugares, incluido Taiwán, y los principales síntomas son fiebre hemorrágica, dolor abdominal y de cabeza, fatiga, falta de apetito, vómito, diarrea, y en casos extremos ocasiona una falla orgánica múltiple, y por consecuencia la muerte. A pesar de que se conoce desde hace once años, no existe una vacuna o algún medicamento específico para controlarlo, lo que complica la situación en el caso de una eventual epidemia.
La pandemia de coronavirus SARS-CoV-2, que por cierto todavía no se ha controlado, ha demostrado la importancia de mantener controlados estos brotes que en un inicio son regionales, para evitar que se extiendan a otros territorios y originar las complicaciones que seguimos viviendo con el Covid-19. Esperemos que este no sea el inicio de un nuevo reto mundial y que se logre detener desde este momento, para evitar más muertes, pues de por sí la pandemia ya ha causado suficientes estragos.