Por su gran número de habitantes, era de esperarse que la calidad del aire en China no fuera de lo mejor que hay en el planeta, ya que esto aumenta el consumo de productos, el uso de automóviles y con ello, la emisión de gases contaminantes.
Esta es una foto real de Beijing:
Desde 2017 se han tomado diferentes medidas, como el cierre gradual del 40% de sus fábricas, así como el prohibir, próximamente, los vehículos cuyos motores funcionen a base de diésel.
Pero esto no es todo, esperan aumentar su cobertura de bosques de un 21 a un 23% y para ello utilizarán a cerca de 60,000 elementos del ejército, que serán los encargados de reforestar una zona de 84,000 kilómetros cuadrados.
Los elementos del Ejército Popular de Liberación, así como miembros de la policía armada, se han movilizado desde sus puestos en la frontera norte del país para cumplir con esta nueva misión, con lo que se espera cubrir un 26% de bosque en 2 décadas, y con ello, disminuir el grave problema de contaminación que viven actualmente.
Sobre todo, Hebei, una provincia cercana a Beijing, será la que reciba más árboles, ya que es una de las principales zonas que emiten mayor cantidad de gases contaminantes a la atmósfera.
Obviamente, esto no cambiará de manera radical la calidad del aire, pero sí es parte de un esfuerzo que viene desde diferentes vertientes, como el cierre de fábricas y la prohibición de vehículos a diésel que habíamos comentado.
Actualmente China tiene una superficie boscosa de 208 millones de hectáreas, que no es poco, pero no ha sido suficiente para evitar las terribles nubes de contaminación que se han visto en ese país, y que parecen sacadas de una película apocalíptica.
Cualquier esfuerzo es importante para contener este problema que avanza, con efectos catastróficos para la salud y el equilibrio en la vida del planeta, así que es de aplaudirse que los gobiernos tomen medidas al respecto, pero también falta la participación ciudadana, pues no se trata de plantar más árboles, sino de contaminar menos.