Si estás a punto de disfrutar de una helada cerveza, toma asiento, dale un hondo trago y prepárate para estas noticias: en menos de 100 años, habrá menos cerveza en el mundo y la que se produzca podría valer hasta cuatro veces más su precio actual.
Una serie de investigaciones publicadas en Nature Plants, realizadas por expertos en agricultura, meteorología y economía, explican que el cambio climático altera la producción de cebada en todo el mundo. Los estudios afirman que están aumentando las olas de calor y las temporadas de sequía, y que esto afecta a la cosecha de cereales.
Los expertos recopilaron datos desde el año 1981 hasta el presente, sobre los periodos de sequía y las olas de calor que han ocurrido en las principales regiones que producen cebada. Concluyeron que estos fenómenos están aumentando en frecuencia e intensidad anualmente e hicieron un pronóstico nada alentador con base en el rendimiento de las cosechas.
Aunque desde este momento se tomen medidas contra el cambio climático, según las indicaciones de la ONU, ellos afirman que en todo el mundo habrá una reducción promedio del 17 por ciento en la producción de cebada.
Esa cifra aumenta en países como Alemania, Bélgica y la República Checa, en donde habrá una reducción del 38 por ciento; en países latinoamericanos como Brasil, las cosechas de cebada disminuirán hasta un 20 por ciento. El coautor del estudio, Steven J. Davis de la Universidad de California, señala que este descenso de producción va a provocar cambios en el consumo y precio de la cerveza:
Podríamos pensar en guardar cebada de los buenos años para usarla en los malos. No sería mala idea si no fuera porque la calidad del cereal se resiente cuando se almacena más de unos meses y, al menos hasta ahora, la cebada ensilada no se ha usado para hacer cerveza.
La opción de guardar cereales va quedando descartada, así que hay que ir pensando en el peor de los escenarios y los científicos también analizaron las consecuencias de esta disminución de cereales en el precio de la cerveza.
Según otro autor de la investigación, Tariq Ali de la Universidad de Pekín, solamente el 17 por ciento de la cebada producida en el mundo se usa para fabricar cerveza, mientras que otro 16 por ciento se emplea como alimento para humanos y el restante 67 por ciento está destinado a la alimentación de ganado.
La disminución de cosechas de cebada va a significar una reducción de consumo de cerveza. En términos globales, el consumo bajará un 16 por ciento, que son aproximadamente 29 mil millones de litros.
Aunque el 17 por ciento de la cebada para cerveza se reparte en todo el mundo, hay países que tienen más demanda; el más afectado será Irlanda, pues ahí el consumo de cerveza es de 138 litros por persona al año. La consecuencia del cambio climático podría cambiar su consumo baje a 40 litros por persona y que el precio de la cerveza aumente hasta un 338 por ciento en el peor escenario.
Los científicos aseguran que es obvio que si hay problemas de suministro los precios de la cerveza va a subir. En los países menos desarrollados van a tener que preocuparse más por su alimentación, que por comprar esta bebida aunque es considerada como un producto básico.
El cambio climático tal vez no afecte a muchos de nosotros, pero en menos de un siglo quizá nuestros nietos no tendrán la oportunidad de disfrutar una deliciosa y helada cerveza, ¿qué clase de mundo les estaríamos dejando?