Una compañía cervecera en Bélgica, la “Brugse Zot” (Loco de Brujas), decidió entubar su cerveza para pasar por las calles de la antiquísima ciudad medieval y preservarlas de la destrucción. Aunque sería posible conectarse a la red como te conectas a la del agua potable, el sueño no alcanzó para tanto, sin embargo es una posibilidad es, cada vez, más cercana.
La idea se le ocurrió al dueño de la cervecería, Xavier Vanneste, quien propuso construir la tubería de cerveza desde la cervecería hasta la embotelladora. Pero el costo era muy alto, prácticamente incosteable, por lo que los habitantes de Brujas decidieron ayudar a este hombre con su “locura” y recaudaron fondos para llevar a cabo la obra.
Luego de juntar 4oo mil dólares, se pudo completar la obra que costó 4 millones. Los donantes recibirán en agradecimiento, una botella diaria de cerveza, cortesía del Loco de Brujas. Ahora se preservarán las calles de Brujas gracias a que los camiones cargados con la cerveza no necesitan pasar por ahí para ir a la embotelladora.
“Hay que estar un poco loco, como el nombre de la cerveza, para un proyecto así. Simplemente tenía el dinero y me gustaba. Me volví loco y di el dinero a la cervecera”, comentó Philippe Le Loup, propietario de un restaurante local y que donó unos 11 mil dólares para la tubería.
Está planeado que para otoño la línea empiece a bombear mil 600 galones de cerveza cada hora a la planta embotelladora. Que los clientes puedan recibir su cerveza en casa con sólo abrir una llave, todavía es una utopía, pero tal vez algún día el sueño se vuelva realidad.
Ahora, el empresario tendrá lo mejor de dos mundos: una fábrica histórica de cerveza en Brujas y una manera de transportarla que es amigable con el medio ambiente y respeta la herencia cultural de la localidad.