La caza de animales salvajes y exóticos, o de cualquier especie en general, ha sido una práctica muy criticada en el mundo, sobre todo cuando los cazadores se dedican a asesinar a animales en peligro de extinción. Entre este grupo de personas existen algunos nombres que se han hecho populares por sus malas hazañas, como el de Mobanza Mobembo Gerard, un cazador furtivo que se ha hecho famoso por cazar elefantes y traficar marfil en la República del Congo.
Pero bueno, parece que la justicia por fin le hará pagar sus delitos al también conocido como “El Carnicero de Nouabalé Ndoki”, pues ha sido condenado a pasar 30 años tras las rejas por parte del tribunal penal del Congo.
Mobembo Gerard fue declarado culpable por los delitos de tráfico de marfil de elefantes, los cuales, como ya se sabe, cazó furtivamente; intento de asesinato de un guardaparques, posesión de armas militares y otros delitos. Además del tiempo tras las rejas, Gerard también tendrá que pagar 38 millones de francos centroafricanos (casi 69,000 dólares) a los guardabosques heridos. En pocas palabras, toda “una joyita” es este señor.
Su sentencia, además, es festejada, pues es la más larga dictada a un cazador furtivo en el país cuando, anteriormente, las condenas no pasaban de cinco años, porque el pleito terminaba en tribunales civiles y se desechaban pronto.
Pero para que se den una idea del daño que la actividad de Gerard ocasionaba a la fauna del lugar, la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre ha revelado que este hombre dirigió expediciones de caza en la República del Congo donde mató hasta 500 elefantes desde el 2008 para traficar el marfil de sus cuernos, algo que es un delito aparte de la caza furtiva.
Su búsqueda comenzó cuando este individuo y sus hombres dispararon a unos guardaparques en el Parque Nacional Nouabalé-Ndoki. Varios trabajadores de la reserva resultaron heridos pero, por fortuna, todos sobrevivieron. Tres de los hombres del cazador furtivo fueron capturados y finalmente dieron suficiente información sobre su paradero para que la policía pudiera detenerlo.
Gerard logró escapar en 2018, justo antes de que se llevara a cabo su juicio, y se desató una nueva persecución que finalmente culminó con su arresto en julio del año pasado. La Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre ha elogiado a la República del Congo por aplicar una sanción severa y espera que envíe un mensaje a otros cazadores furtivos de que se les acabó el tiempo.
Ahora hay solo alrededor de 300,000 elefantes salvajes en toda África, en comparación con la población de un millón que tenía en la década de 1980. Es por ello que este tipo de sentencias es tan importante en el país, pues la caza furtiva es una de las principales causas de extinción de especies y debe parar ahora.