Una casa en Estados Unidos está siendo inundada con cientos de paquetes de Amazon. La situación ha pasado de lo insólito a lo sórdido, pues el constante arribo de cajas parece estar causando efectos extraños en la psique de los vecinos y muchos ya piensan en abandonar el vecindario.
La casa se encuentra en el condado de Chattanooga, que pertenece al estado de Tennessee, y los paquetes que llegan diariamente están llenado el jardín frontal, donde los repartidores de Amazon dejan cajas de todos los tamaños.
Al principio había tal vez 20 paquetes, luego fueron 100, luego miles.
Otro dato que ha perturbado a los vecinos es que la casa se halla virtualmente dentro de la ciudad, pero en realidad, esta se encuentra fuera de los límites de ella. Este elemento ha despertado la incertidumbre en los vecinos sobre la naturaleza de los paquetes y la clase de gente que habita en tal morada.
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El temor de los vecinos va unido a la percepción que tienen de que los miles de paquetes hacen que el vecindario se vea no solo feo, sino también como de locos. Algunos habitantes de la zona han dicho que, ante la inoperancia de las autoridades para poner orden, han pensado en mudarse porque no quieren que los relacionen o los ubiquen como las personas de la colonia llena de paquetes.
Los medios locales han hablado con los dueños de la casa y ellos explicaron que los paquetes le pertenecen a una amiga que tiene tratos con un almacén de Amazon en China. Según el medio ABC, los dueños de la casa “dicen que cuando el contrato de la amiga expire, ella enviará los paquetes a su casa para que la familia los clasifique y luego los envíe de vuelta a Amazon para que la empresa los venda”.
El asunto no queda muy claro, lo que nos hace pensar en un emprendedor o emprendedora que inició un convenio con Amazon mintiendo y diciendo que contaba con bodegas. Sea como sea, los paquetes no paran de llegar y los repartidores de Amazon ya no se detienen a ver si los paquetes van a otro domicilio.
Muchas veces, de hecho, nuestros paquetes se entregan allí y mi marido tiene que ir a buscarlos.
Los vecinos comentan que ya todos tienen que ir a buscar las cosas que encargan a esta bodega improvisada, lo que causa muchas molestias, pues las cosas seguramente se pierden entre los cientos de paquetes que se siguen juntando a las afueras de la casa. Los vecinos no pueden dejar de sentirse incómodos, sobre todo al no saber qué demonios esconden esos paquetes y esa casa.