A sus 28 años, Pasquale “Pat” Brocco ya sufría obesidad mórbida; este hombre conocido como “Fat Pat” (Gordo Pat) pesaba 280 kilos y tenía un gran riesgo en su salud, ya que padecía de presión alta y colesterol.
Hace tres años su doctor le informó que si no cambiaba sus hábitos de vida y su estilo de vivir pronto moriría. Con un niño de tan sólo un año, Pat sabía que tenía que escuchar a su doctor.
Cuando llegó, a casa luego de esa cita con el doctor, se tomó una selfie en el espejo con la intención de cambiar su cuerpo y su estilo de vida. Ese fue el comienzo de su increíble transformación; sin embargo, lo que hace a esta historia única, es cómo lo hizo.
Ya que era muy grande para la mayoría de las máquinas para ejercitarse, decidió que cada vez que tuviera hambre iba a caminar hasta el Walmart más cercano de ida y vuelta. Eso hizo con cada comida.
Luego de seis años de caminar diario seis millas (10 kilómetros) a Walmart de ida y vuelta, terminó siendo otra persona:
“Mi estómago me llegaba a los muslos, mi pecho colgaba hasta mi estómago”.
Pat vio cómo su peso bajaba con el tiempo, y reemplazó las comidas chatarra con comidas balanceadas; cambió la leche por el agua.
“Una vez que entendí que los lácteos eran malos, los saqué de mi dieta e instantáneamente empecé a perder peso de nuevo”.
Eventualmente reemplazó sus caminatas a Walmart por una caminadora que se inclina. Finalmente, al perder cierto número de kilos, pudo usar el equipo del gimnasio y se puso más en forma de lo que nunca estuvo.
En menos de dos años perdió 90 kilos, y debido a su gran pérdida de peso tuvieron que retirarle 13 kilos de piel.
Hoy Pat pesa 150 kilos menos, y en lugar de llamarlo “Fat Pat”, le llaman “Posible Pat”.