En las películas vemos a villanos que sueñan con dominar o apoderarse de la Tierra, pero tal vez sería un poco más fácil si de pronto decidieran “ponerla a la venta” y solo hiciera falta cerrar el contrato de compraventa. Lo único que quedaría por hacer es reunir una cantidad de dinero estratosférica. Pero bueno, nadie dijo que comprar un planeta, y menos el único habitado que conocemos, sería barato.
Greg Laughlin, astrofísico de la Universidad de California en Santa Cruz, tomó en cuenta factores como la masa, temperatura, tamaño, edad, entre otros, para crear una fórmula y así calcular el valor económico de los planetas y, por supuesto, uno de los valores más importantes es la capacidad para generar y sostener la vida, así que al menos en el sistema solar que conocemos, la Tierra lleva una amplia ventaja.
De acuerdo a la fórmula de Laughlin, nuestro planeta tiene un valor de 5,000,000,000,000,000 de dólares, una cantidad gigantesca tomando en cuenta que Jeff Bezos, el hombre más rico del planeta, no tiene una fortuna de 200,000,000,000,000. Ni siquiera junto a Elon Musk y Bill Gates, que son los multimillonarios que lo siguen, completarían para pagar una quinta parte de lo que vale nuestro mundo.
Además, tomando en cuenta los valores asignados, resulta que la Tierra es el planeta más caro de todo el sistema solar conocido, mientras tanto, Marte tendría un precio mucho más accesible: solo 16,000 dólares, por lo que no dudamos de que algunos quieran comprarlo de inmediato, aunque todavía no tenemos una oficina para ventas interplanetarias. Por otra parte, Venus no tendría un precio superior a un centavo de dólar debido a las condiciones tan complejas para sostener la vida.
Según el astrofísico, no creó la fórmula con la finalidad de iniciar un negocio de bienes raíces intergalácticas o para que se desborde la ambición de algunos y quieran ser los propietarios de los planetas, sino para que nos demos cuenta de lo maravilloso que es vivir en la Tierra, así como gozar de la naturaleza tan bondadosa que nos tocó, algo que no existe en ninguno de los demás mundos que forman nuestro sistema, y eso es realmente lo que debemos valorar.