En Brasil no se andan con ching*deras y le acaban de parar su tren a Apple, pues el gobierno ha anunciado que no se comercializarán iPhones hasta que no traigan el cargador incluido, pues, como bien sabemos, el accesorio se vende por separado desde el 2019.
El argumento de Apple detrás de la venta por separado del cargador de sus celulares es que así se reduce la creación de basura electrónica, pero para el gobierno de Brasil no se trata más que de una estrategia de mercado y consumo con marcados tintes clasistas.
Esta exigencia a Apple y a Samsung de vender sus equipos con cargador integrado ya tiene algunos meses en curso, pero ante el nulo caso que las empresas hicieron de la medida, el gobierno ha decidido detener toda venta de equipos sin el accesorio y ha impuesto multas por 2 338 623 dólares a las compañías.
El factor de discriminación adoptado es básicamente el ingreso. Para la compañía, proporcionar cargadores de baterías es prescindible porque la proporción de su público, aunque es minoritario, no necesitaría el accesorio.
La orden apareció en el boletín oficial del gobierno brasileño y la multa impuesta solo se puede reducir si Apple comienza a incluir los cargadores de manera inmediata, de lo contrario, con cada día que pase, la multa irá creciendo para la empresa de la manzana mordida.
No existen pruebas que consideren justificada una operación que, con el objetivo supuestamente de reducir las emisiones de carbono, conlleva la inserción en el mercado de consumo de un producto cuyo uso depende de la adquisición de otro, que también es comercializado por la empresa.
La comanda brasileña aparece justo unos días antes de que Apple lance al mercado su nuevo iPhone 14 y esperamos que esta afrenta legal prospere, pues tampoco vemos razón sólida para que un teléfono se venda por separado, es como si te comprarás un Nintendo y te vendieran a parte los eliminadores de corriente.
Por su parte, Apple ha dicho que apelara la amonestación y aseguran que ya han ganado varios casos similares en Brasil, pues argumentan que los clientes conocen bien las alternativas para cargar sus equipos. Esta nueva polémica también se da en el marco de la exigencia internacional para que los iPhones cambien su entrada de cargador a USB-C.