Las farmacias similares aparecieron en 1997 y desde entonces se han consolidado como una empresa líder en cuanto a venta de medicamento genérico, pero quizá eso no hubiera sido posible sin la presencia de la botarga del Dr. Simi, ese médico bonachón, calvo y bigotón que bailaba a las afueras de los establecimientos.
Todos lo hemos saludado alguna vez, pues se dedica a volantear y a bailar a las afueras de las farmacias de manera graciosa. Sin embargo, parece ser que su época dorada ha terminado debido a los protocolos de seguridad por la pandemia de covid-19. La noticia de su desaparición ha comenzado a regarse en redes luego de que las vacantes para trabajar como botarga fueran cerradas totalmente.
Sin embargo, una fuente cercana al Grupo por un País Mejor, la única razón por la que la botarga se encuentra en desuso es por la contingencia sanitaria, pero asegura que los trabajadores que cumplían el rol de botarga no han sido despedidos, sino capacitados para poder integrarse a los grupos de trabajo de cada farmacia.
Ahorita por la cuestión de la pandemia no se permite salir a Doctor Simi. Sin embargo, no se ha despedido a una sola persona. A partir del año pasado iniciamos una agresiva campaña de expansión y aperturas, y lo que se ha hecho es que a todos los compañeros se les reubicó sin excepción.
Según la misma fuente, la orden ante la crisis por el covid-19 es que no se despida a nadie. Además, asegura que la empresa se encuentra en franca expansión, por lo que más bien habría un déficit de contratación y no la desaparición de los puestos de botarga, lo cual tampoco implicaría la eliminación de los trajes del doctor Simi.
En cuanto a sucursales, independientemente del tamaño, todas tienen botarga, y las franquicias, depende de cada uno el cómo mueve sus botargas, hemos detectado que algunos tienen una por dos farmacias y las van rolando, eso ya es dependiendo de cada uno, y la orden a franquiciatarios es que no se despide a nadie.
De acuerdo con El Financiero, los empleados como botarga se encargaban de volantear, bailar y hasta limpiar el local, por lo cual percibían un salario de 6700 pesos mexicanos más bonos por ventas, haciendo de este empleo un trabajo más o menos bien pagado, pues su jornada es de siete horas y el traje pesa 12 kilos.
Esta botarga ya es parte de la iconología mexicana y quienes han trabajado dentro de este traje nos han brindado duelos de baile memorables y caídas igualmente épicas. La verdad, si ves que alguien le niega el saludo al doctor Simi al pasar por una de sus farmacias, deberías tener cuidado, pues esa persona no es de fiar.
Seguramente todavía pasará mucho tiempo para que el trabajo en la botarga sea seguro para los empleados, quizá se tendrán que usar nuevos materiales e incluso tendrían que pensar en un disfraz como tal o en algún muñeco mecanizado, quién sabe. Tal parece que la pandemia también ha retirado de las calles a una de las botargas más reconocidas de México y Chile, donde también tienen presencia, tanto que hasta hay peluches y fiestas temáticas del Dr. Simi.