La televisión nos muestra a la gente en Estados Unidos como muy aficionada al uso de la demanda como un instrumento para que se hagan respetar sus derechos, pero esto no solo es para compensar a quienes sufrieron de injusticia, sino para que en el futuro, los injustos se la piensen dos veces antes de afectar a otros.
En septiembre de 2021, los recién casados Elizabeth Webster y Alexander Burckle vieron a la muerte directo a los ojos luego de que fueron abandonados en mar abierto por los responsables de la sesión de esnórquel que habían contratado durante su luna de miel en Hawái. Ahora la pareja busca enmendar las cosas demandando por cinco millones de dólares a la compañía con la que contrataron el viaje que los traumatizó y estuvo a punto de costarles la vida.
La luna de miel que desearían nunca haber tenido
La pesadilla tuvo lugar cerca de la pequeña isla de Lanai, propiedad del multimillonario Larry Ellison, donde la expectativa era tener una relajante y paradisíaca experiencia para celebrar sus votos matrimoniales, por lo que, para ahorrarse problemas, contrataron los servicios de la compañía Maui Sail, que se supone que se encargaría de hacer de su visita un viaje inolvidable, lo que resultó ser cierto, pero en el peor sentido posible.
La pareja fue abandonada en altamar a su suerte por un descuido de los navegantes de la embarcación que los llevó al punto que era ideal para bucear a pesar de que la tripulación hizo un conteo y aseguró “que todos estaban a bordo” cuando partió. De no haber sido porque la pareja era joven y se encontraba en excelente condición física, “lo más seguro es que hubieran muerto tratando de alcanzar la costa por sus propios medios”, según aseguró su abogado Jared Washkowitz.
La trama se complica
La pareja decidió no aceptar entrevistas y le dejó todo el asunto legal a sus abogados, incluyendo explicar la situación que los llevó a pasar un infierno durante su viaje. Según la demanda federal, que fue presentada el 21 de febrero de 2023, los novios abandonaron el muelle Lahaina, en Maui, a las 10:00 a.m. en un catamarán que había sido contratado para ese propósito. Además de la tripulación, otros 42 pasajeros viajaban en la excursión de esnórquel.
Cuando llegaron al sitio donde se desarrollaría la actividad recreativa, la tripulación les anunció que la embarcación anclaría por una hora para que pudieran disfrutar de las maravillas del océano. Sin embargo, el agua se volvió turbulenta y se vieron obligados a volver a la nave, por lo que nadaron hacia ella, pero no lograban alcanzarla. Para su horror, luego de 30 minutos de tratar de alcanzarla, se dieron cuenta de que el catamarán se alejaba, sin que se percataran de que los dos gritaban y pedían ayuda con los brazos, dejándolos abandonados.
Volviendo a la civilización… y a las cortes
Pensamos que moriríamos; esperábamos ahogarnos inminentemente y estábamos angustiados no solo por la muerte propia, sino por la muerte del otro, porque estábamos en esto juntos.
Alcanzar la costa de Lanai les costó dos horas, tras las que se encontraban deshidratados y fatigados casi hasta la muerte. Ya en tierra, escribieron “help” (auxilio) y “SOS” en la playa e hicieron aspavientos a un bote que pasaba, pero nadie se dio por enterado.
Eventualmente, los residentes de Lanai se encontraron con los recién casados y les ayudaron a regresar a Maui en el ferry vespertino. Entonces usaron un teléfono prestado para llamar a Sail Maui, que aún no se daba por enterada de que habían desaparecido. Así, la pareja ahora está demandando a la compañía de tours por cinco millones de dólares, por concepto de daños en general y angustia emocional. Por su parte, el presidente de Sail Maui, Don Prestage, se rehusó a hacer comentarios respecto al caso.