A Balenciaga le vale Balenciaga todo lo que puedan decir de sus productos, eso lo ha demostrado con cada nueva campaña que arma. Pero la última colección que sacó para niños no pudo ser vendida como tal, pues debido a elementos BDSM en la publicidad, el público ha enfurecido y cancelado la ropa.
La polémica por las últimas fotos de su colección es nada más y nada menos que una dinámica de pasa la papa caliente porque entre todos los implicados en la toma de las fotografías se andan echando la bolita o deslindándose de plano de la horrible idea o concepto detrás de esta sesión.
En las fotografías aparecen los niños parados sobre sillones con ropa de la marca mientras sostienen cada uno una mochila de osos de peluche pero que tienen elementos bondage, lo que da muy mala espina a cualquiera. Por esto, con mucha razón, las personas han visto un guiño horrible hacia el abuso infantil.
Ante el disgusto popular, la marca ha decidido bajar las fotografías y cancelar la campaña. Además, ha ofrecido disculpas, pero la mancha y el daño ya están hechos, por lo que hay un conflicto fuerte entre los abogados de Balenciaga y los realizadores de las fotos para deslindar responsabilidades.
Nos disculpamos sinceramente por cualquier ofensa que haya podido causar nuestra campaña navideña. Nuestros bolsos de peluche no deberían haber aparecido con niños en esta campaña. Hemos retirado inmediatamente la campaña de todas las plataformas. Nos tomamos este asunto muy en serio y estamos emprendiendo acciones legales contra las partes responsables de crear el set e incluir elementos no aprobados para nuestra sesión de fotos de la campaña de primavera 23. Condenamos enérgicamente el abuso de los niños en cualquiera de sus formas. Defendemos la seguridad y el bienestar de los niños
Lo más inquietante es que en las fotos también aparecían documentos legales que hacían referencia al Ashcroft v. Free Speech Coalition, sentencia que mermó algunas sentencias de la Ley Federal de Prevención de la Pornografía Infantil. Por esta razón se busca al verdadero responsable del armado del set, lo que, según Balenciaga, fue idea externa y no autorizada por la marca.
La marca ha acusado a la empresa North Six, Inc. y al escenógrafo Nicholas Des Jardins, pero estos a su vez buscan una indemnización por daños a su imagen. Así que no se sabe quién fue el verdadero responsable de esta sucia campaña de modas. Por otro lado, el fotógrafo Gabriele Galimberti también se ha deslindado de problemas, afirmando que el solo llega a fotografiar y no tiene nada qué ver con la idea detrás de la sesión.
Como fotógrafo, solo se me pidió que iluminara la escena dada y tomara las fotos de acuerdo con mi estilo característico. Como de costumbre en un ‘shoot’ publicitario, la dirección de la campaña y la elección de los objetos mostrados no están en manos del fotógrafo.
El caso es que jugar con los mensajes políticos, como ha hecho Balenciaga, puede ser un arma de doble filo, pues puedes caer en la verdadera incompetencia. Para nosotros, esto tiene todo el sello de la supuesta radicalidad de la marca, pero estaremos pendientes hasta que las responsabilidades sobre el hecho queden claras.