Con tal de no ser descubiertos, los delincuentes utilizan los métodos más inverosímiles para cometer sus fechorías y escapar de la justicia, aunque tarde o temprano, sus trucos son descubiertos y terminan en prisión. Al igual que en una película de espías al estilo de James Bond, una pareja fue descubierta mientras vendía información secreta dentro de un sándwich de crema de maní.
Jonathan, de 42, y Diana Toebbe, de 45 años, tenían información confidencial sobre un submarino nuclear y se lo entregaron a un enviado de una potencia extranjera. De acuerdo a la investigación que hizo el FBI, los datos estaban en memorias SD que metieron dentro del sándwich y en un paquete de goma de mascar, pero fueron detenidos.
Jonathan trabajaba como ingeniero nuclear en el Departamento de Marina de los Estados Unidos y fue así como obtuvo la información sobre los submarinos de propulsión nuclear que desarrolla dicho departamento. Diana se desempeñaba como maestra en una escuela privada Maryland y se convirtió en cómplice de su marido.
De acuerdo con el FBI, Jonathan buscó contacto con un país extranjero, el cual no ha sido revelado, para venderles la información que había obtenido, pero desde ese país se comunicaron con las autoridades estadounidenses para denunciar lo que estaba ocurriendo, lo que aprovecharon los agentes para tenderle una trampa a la pareja.
Jonathan creía que había contactado a un emisario de esa nación, pero con quien hablaba en realidad era un agente encubierto del FBI. La transacción se cerró en 10 000 dólares que el supuesto contacto les transfirió en criptomonedas y luego se pusieron de acuerdo para la entrega, que se haría en el sándwich y la goma de mascar.
Ambos fueron detenidos en West Virginia y están acusados de violar la Ley de Energía Atómica. Además, el pasado 12 de octubre comenzaron las audiencias para determinar la situación de la pareja. Tal vez nunca se imaginaron lo grave de la situación, porque este delito se considera como un riesgo a la seguridad nacional y podrían ser sentenciados a cadena perpetua o incluso a muerte.
La denuncia acusa un complot para transmitir información relacionada con el diseño de nuestros submarinos nucleares a una nación extranjera. El trabajo del FBI, los fiscales del Departamento de Justicia, el Servicio de Investigación Criminal Naval y el Departamento de Energía fue fundamental para frustrar el complot acusado en la denuncia y dar este primer paso para llevar a los perpetradores ante la justicia.
-Merrick Garland, procurador general de los EE. UU.
Jonathan envió “una prueba” de los datos que tenía y por eso recibió los 10 000 dólares. Cuando entregó el sándwich, mientras su esposa vigilaba, recibió otro depósito por 20 000 dólares y, finalmente, uno de 70 000 por enviar las claves para acceder a la información, lo que hizo a través de correo electrónico. En total se llevarían 100 000 dólares, pero ahora se quedaron sin nada. Incluso podrían perder la vida.