Ahora, con los juegos olímpicos de Rio en boca de todos, las imágenes de Michael Phelps celebrando su 19° medalla de oro, levantando los brazos y saludando al público, muestran ciertas manchas rojas en su piel; incluso una media docena de círculos rojos en toda la parte superior del cuerpo.
Los medios estadounidenses aseguran que es “la varicela más grande del mundo”; no obstante, las marcas tienen una relación con “la terapia de ventosas” o “Cupping”. Una práctica con un taza de vidrio y calor que se colocaba sobre el cuerpo para crear un vacío en frío.
Pero ahora, una bomba ayuda a la recuperación de los deportistas imitando el proceso y dejándoles moretones temporales.
La ventosa succiona la piel para tirar de los músculos más tensos. El vacío permite que los vasos sanguíneos se expandan para que fluya más sangre; y el aumento del flujo sanguíneo ayuda a la rápida recuperación.
El proceso dura aproximadamente 10 minutos y se sienten ciertos pellizcos, pero el alivio es inmediato cuando se retiran los vasos. Las manchas son contusiones de las copas, y parece que pueden durar hasta tres semanas.
Phelps es uno de los precursores de esta técnica, y en un anuncio publicitario para la marca Under Armour aparece sometiéndose a esta terapia de cupping. El nadador también ha publicado en Instagram las imágenes de sus sesiones.
No obstante, Phelps no es el único atleta que utiliza esta terapia. Los nadadores son fanáticos de esta técnica; la nadadora Natalie Coughlin y el gimnasta Alex Naddour también lo aman; y constantemente publican fotos donde se pueden ver en sus cuerpos las mismas contusiones.
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Según la medicina china, la succión reanuda el flujo de energía y ayuda al organismo a eliminar toxinas.
Sin embargo, el peor efecto colateral son las contusiones del tratamiento que por lo general empeoran en el segundo o tercer día posterior al tratamiento.