Desde que se supo que el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 había dispuesto unas camas para “no permitir intimidad” entre los atletas, se desató la polémica y los comentarios, ya que se supone que son de un material tan frágil que no permitiría el peso de dos personas y menos que estas tuvieran demasiado movimiento. Sin embargo, parece que quienes las diseñaron, las hicieron mucho más resistentes de lo que habían planeado.
Se dijo que estas camas hechas en buena parte con cartón reciclado eran “frágiles”, por lo que no han faltado los atletas que quisieron probarlas saltando sobre ellas. Sin embargo, la empresa Airweave, que fue la responsable de fabricar las 18 000 que se utilizarán durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, informó que en realidad estas camas pueden ser más resistentes que las de madera o acero.
Cada cama tiene la capacidad de soportar hasta 200 kilos, pensando en atletas de talla grande, y cuentan con colchones que se adaptan al cuerpo del atleta, por lo que estas podrían fácilmente con dos personas encima. Sin embargo, el Comité Organizador ha insistido en que los atletas se abstengan de todo contacto, como una medida preventiva ante la pandemia que sigue con un alto número de contagios en Japón.
https://youtu.be/J9w6b8D_pjo
El gimnasta irlandés Rhys McClenaghan fue uno de los primeros en probar estas camas, saltando encima de la suya. A partir ahí, otros competidores de diversas nacionalidades también han hecho lo propio, con el mismo resultado: la cama no se hace pedazos como muchos suponían, sino que resiste sin perder su firmeza, así que al menos saben que pueden brincar como niños sin ningún temor.
Al ver que una persona no le hace daño a la cama, Ben Wanger, del equipo israelí, invitó a ocho de sus compañeros a probar al máximo la resistencia y saber cuántas personas hacen falta para doblegar el cartón reciclado, y la verdad es que es sorprendente la resistencia, incluso mucho más de lo que los propios fabricantes esperaban.
https://youtu.be/MJliHYrSUtQ
Con la música de un clásico infantil en la que “un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña…”, los atletas van subiendo uno a uno a la cama, hasta que cuando son nueve, por fin logran que esta se rompa, y eso obviamente es mucho más de los 200 kilos para los que fueron diseñadas. Esperemos que esto no aliente a los atletas y empiecen a tener fiestas e intimidad…