Esta noticia te recordará, totalmente, a Star Wars. Resulta que un grupo de astrónomos descubrieron rastros de escombros planetarios en un sistema solar doble, situado a mil millones luz de la Tierra. Esto podría probar la posible existencia de planetas rocosos en estos sistemas.
Esta noticia nos recuerda al planeta ficticio Tatooine, de La guerra de las galaxias, que tiene dos soles, Tatoo I y Tatoo II, por lo que desde ahora se le reconocerá bajo ese nombre.
El investigador principal de este descubrimiento, Jay Farihi, explicó en un comunicado lo siguiente:
La formación de planetas rocosos en torno a dos soles es un reto, ya que la fuerza gravitatoria de ambas estrellas puede tirar y arrastar con fuerza, y evitar que el polvo y las rocas se acumulen hasta formar planetas.
Debemos suponer que los científicos son fanáticos de la franquicia también, pues ellos mismos compararon el descubrimiento del planeta con el de Luke Skywalker, aunque apuntando a diferencias significativas. Entre las más importantes podemos decir que, en realidad, no hay indicio de planeta como tal, sino de material cuya composición química podría ser de asteroides y trozos de rocas que podrían formar planetas rocosos.
El sistema solar doble está compuesto por una enana blanca y una enana marrón. El equipo de Farihi investigó la enana blanca, SDSS 1557, remanente estelar generado a partir de los restos de otra estrella, y descubrió que iba acompañada por una enana marrón.
Una enana blanca es el núcleo caliente y muerto que queda cuando una estrella similar al Sol expulsa sus capas exteriores a medida que muere. Una enana blanca es tremendamente densa, tanto como lo sería la Tierra si con su tamaño actual albergase toda la materia que hoy posee el Sol.
Una enana marrón es esencialmente una candidata a estrella que no ha logrado serlo, a pesar de haberse formado de una manera muy similar a como lo hacen las estrellas, a través del colapso gravitacional de una nube de gas y polvo, pero sin acumular masa suficiente como para poder provocar las reacciones de fusión nuclear que hacen que las estrellas brillen.
Los investigadores observaron ingentes toneladas de material caídas sobre la enana blanca y detectaron señales de elementos químicos como silicio o magnesio, de los que están compuestos planetas rocosos y asteroides. La cantidad de material depositado equivale a un asteroide de al menos 4 kilómetros de diámetro.
“Conocemos miles de sistemas binarios como el de SDSS 1557, pero es la primera vez que observamos restos e impurezas de asteroides”
– Steven Parsons, Universidad de Sheffield.
Según Farihi, este hallazgo da marcas claras de la formación de planetas rocosos por la vía de grandes asteroides, lo que permite entender cómo se forman los exoplanetas rocosos en sistemas solares dobles.