Las compañías farmacéuticas alrededor del mundo están trabajando para crear una vacuna efectiva que elimine el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, causante del Covid-19, pero todas deben seguir protocolos de seguridad y detener las pruebas si se detecta una falla. La británica AstraZeneca ya había logrado llegar a la fase 3 de su vacuna contra el Covid-19 y estaba haciendo pruebas en países como Brasil, Reino Unido y Estados Unidos. Todo marchaba bien, hasta que uno de los pacientes inoculados presentó una grave reacción.
La vacuna desarrollada por esta farmacéutica fue administrada al menos a 30,000 personas, y hasta ahora algunas de ellas solo habían presentado malestares leves. Sin embargo, un voluntario presentó mielitis transversa, un trastorno neurológico inflamatorio que afecta la médula espinal, causado por infecciones virales, y tuvo que ser hospitalizado.
Debido a este caso de una reacción tan grave, las pruebas de esta vacuna se suspendieron en todos los países donde se había estado aplicando. Los científicos de AstraZeneca ahora están haciendo una revisión de datos para asegurarse que esta fórmula no tenga otras malas consecuencias.
La compañía detuvo los ensayos pues firmó un compromiso internacional junto con otras compañías para mantener un protocolo de seguridad y altos estándares científicos y éticos en el desarrollo de las vacunas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se están desarrollando alrededor de 180 diferentes vacunas, y en todas debe seguirse el acuerdo de pausar su producción si existe un problema.
Se tenían planeado llevar esta vacuna de AstraZeneca a otros países como México; sin embargo, estas pruebas se han detenido. Incluso el infectólogo Alejandro Macías comentó que esta vacuna es similar a la Sputnik V, de Rusia, y si ya se presentó esta grave reacción tampoco se podría confiar enteramente en la fórmula creada por los rusos.
El laboratorio no está diciendo qué fue lo que pasó, solo que fue un efecto grave. Hay que aclarar que no se detiene el estudio, se detiene el reclutamiento de nuevos pacientes, pero el estudio sigue avanzando porque hay ya muchos pacientes reclutados.
—Alejandro Macías, infectólogo
La OMS considera que es poco probable que alguna de las vacunas en desarrollo sea aprobada internacionalmente antes de que termine este año 2020, pues se necesita más tiempo para examinar y dar seguimiento a los voluntarios inoculados. No se trata de que la vacuna no vaya a existir, sino de que es necesario estar seguros de que no hará más daño que bien a la humanidad.