Todavía no salimos de una cuando ya andamos en otra, y es que después de que el nuevo coronavirus SARS-CoV2 —causante del Covid-19— se convirtiera en la preocupación número uno en el mundo, ahora llega otra más: avispones asiáticos asesinos. Bueno, es una forma muy dramática de describir a esta especie, pero es que estos insectos voladores provenientes del Continente Asiático matan alrededor de 50 personas al año, según publicó The New York Times.
Estas avispas tienen el doble del tamaño de una abeja y su aguijón está cargado de una neurotoxina que es capaz de causar paros cardiacos y choques anafilácticos. Durante 2013 el municipio de Ankang, en China, fue atacado por estos insectos y se reportaron aproximadamente 41 muertes en tres meses de su avistamiento.
El problema es que estos avispones asiáticos ya se vieron en Estados Unidos, pero aún se desconoce cómo es que llegaron aquí, pero por el momento están causando una fuerte preocupación entre los habitantes de Washington, región donde estos temidos insectos fueron detectados.
Uno de los recientes atacados fue el apicultor Conrad Bérubé, quien dijo a The New York Times que recientemente fue picado por un enjambre en Vancouver. El hombre describe las picaduras como si le clavaran “tachuelas al rojo vivo en la carne”, y tanto él como los médicos que lo atendieron dicen que es afortunado de quedar vivo.
Pero el problema que ha ocasionado esta especie es que está acabando con la población de abejas, las cuales son importantes pues cumplen un papel esencial en la naturaleza y en la agricultura del país, y si no logran controlar a los avispones podrían acabar con el ecosistema local.
Por estas razones, los entomólogos se están embarcando en una búsqueda a gran escala de los avispones antes que se multipliquen y se instalen definitivamente en el país.
Pero, ¿cómo detectar a estas “avispas asesinas”? Bueno, los Vespa mandarinia son originarios del Este y del Sudeste asiático, y una de sus características más llamativas es que son muy grandes. Tan solo sus reinas pueden crecer hasta alcanzar los cinco centímetros de largo. Sus cabezas son grandes y de color amarillo anaranjado, poseen unas poderosas pinzas, prominentes ojos negros y un abdomen rayado en negro y amarillo.
Susan Cobey, criadora de abejas del Departamento de Entomología en Washington, dice que son inconfundibles y las compara con “algo sacado de una caricatura de monstruos”.
Se alimentan principalmente de la savia de plantas y frutas, pero también nutren a sus crías con los cuerpos de las abejas; de ahí que estén acabando con ellas. De sufrir múltiples picaduras, un humano promedio podría morir, y una sola picadura es demasiado dolorosa según describen las víctimas.
Les digo, varones, no salimos de una cuando ya estamos en otra. Esperemos que estas “avispas asesinas” no lleguen a Latinoamérica, sino nos veremos en aún más graves problemas de los que de por sí tenemos.