Aproximadamente 14,000 kilómetros de hielo forman la Antártida, que es el territorio más frío, seco y con viento que existe en la Tierra, y es que de hecho es un “desierto”, en el sentido de que solo tiene unos 200 milímetros de lluvia cada año, y eso en la zona costera, pues al interior es mucho menor.
En promedio se registran -63°C durante la etapa más fría, llegando a cifras de -89.2°C. Desafortunadamente con el cambio climático la situación ha ido cambiando, lo que pone en un riesgo severo al planeta, ya que es la mayor reserva de agua dulce que tenemos.
Hasta un 70% del agua dulce en el mundo se encuentra en este lugar, en la capa de 1.9 kms de espesor que cubren este territorio, pero en las últimas semanas se han registrado hechos que encienden las alarmas.
El 6 de febrero de 2020 se alcanzó una temperatura récord de 18.3°C, pero apenas tres días después se llegó a los 20.75°C, algo que no se había presentado desde hace millones de años en que se formó esta masa de hielo y nieve.
Hace unos 170 millones estaba más al Norte y no estaba cubierta de hielo, sino con un clima templado y tenía bosque. Su aspecto helado lo tiene desde hace unos 15 millones de años y ahora la temperatura se eleva.
Para que te des una idea de la magnitud e importancia de este territorio, si se descongelara en su totalidad el nivel de los océanos aumentaría entre 50 y 60 metros, con lo que una gran cantidad de ciudades costeras desaparecerían.
Por supuesto que al reducirse el hielo, con ello también la población de distintas especies irá mermando; por ejemplo, los pingüinos dependen en gran medida de las condiciones que encuentran con el hielo de la Antártida.
De no actuar de inmediato, la situación puede llegar a un punto crítico y además irreversible.