Ulm es una ciudad alemana ubicada a 120 kilómetros al oeste de Múnich, considerada como la más saludable de ese país debido a que le ofrece a sus ciudadanos condiciones de vida excepcionales, pues la contaminación atmosférica es muy baja y el servicio de salud, así como el factor social y económico son bastante decentes en comparación con otros lugares.
Sin embargo, durante el invierno presenta un clima extremadamente frío, con temperaturas de hasta 10° bajo cero, razón por la que organizaciones humanitarias del lugar decidieron instalar refugios inteligentes llamados Ulmer Nest (Nido de Ulm) en lugares como parques, plazas y lugares estratégicos para que puedan ser utilizados por personas sin hogar.
Estos refugios están hechos de madera y metal, dando protección y aislamiento contra las inclemencias del clima como lluvia, granizo, nieve y los fuertes vientos propios del crudo invierno típico de la región, además de asegurar que el aire circule de manera correcta.
Cuentan con algunas mejoras hechas a las cápsulas presentadas en 2017, como paneles solares para tener luz eléctrica dentro de la cabina y una red de radio independiente que permite al usuario comunicarse sin la necesidad de internet.
También tienen un sensor de movimiento que manda una señal de alerta a la organización Caritas Ulm-Alb-Donau cuando estos están ocupados. Esta es la que se encarga de darles mantenimiento y ofrecer ayuda a la persona que la utilizó si es que la necesita.
Aun con todos estos aditamentos, los refugios no tienen cámaras, lo que garantiza la privacidad del o los usuarios, pues son lo suficientemente espaciosos como para albergar a dos personas. Se busca ir mejorando estas unidades con otros tipos de complementos como lo referente al sistema de bloqueo, aislamiento térmico y ahorro de energía, que ya de por sí son bastante amigables con el medio ambiente.
Estas cápsulas ofrecen protección y seguridad a los habitantes con mayor necesidad de refugio y se espera que con el paso del tiempo esta idea se vaya implementando en otros lugares de Alemania, que en el año 2019 contaba con un aproximado de 65,000 indigentes. De hecho, no se ha descartado la posibilidad de colocar estos refugios en otras partes de Europa donde el clima puede cobrar vidas de personas sin hogar.