El mexicano tiene una visión pintoresca del mundo, pues para él, todo tiene vida y esta, muy seguido, estalla en un espectáculo de colores y movimiento. Esto se ve reflejado en el arte callejero de las ciudades mexicanas, ya sea en grafitis sobre las paredes y bardas ajenas o en los murales de reconocidos artistas e, incluso, en los anuncios de las taquerías y los puestos de carnitas.
En la alcaldía Cuauhtémoc, de la Ciudad de México, una medida unilateral de homologación ha obligado a los dueños de los puestos callejeros a dejar todos sus negocios sin identidad propia, pues los hicieron borrar su colorida publicidad y los rótulos que usaban para anunciarse. Ahora todos han quedado con la estéril leyenda: “Alcaldía Cuauhtémoc es tu casa”, por lo que los propietarios, vecinos, fotógrafos, chefs, diseñadores gráficos, historiadores, artistas y fotógrafos, indignados por la medida, formaron la Red Chilanga en Defensa del Arte y la Gráfica Popular (RECHIDA) e iniciaron una petición para recuperar sus distintivos rótulos.
Medida unilateral y protestas
Luego de haber obligado a los vendedores callejeros a borrar el arte gráfico de sus propios puestos, la administración de la alcaldesa Sandra Cuevas puso por todos lados pegatinas con la leyenda “Alcaldía Cuauhtémoc es tu casa”, como para desaparecer de la percepción del peatón la existencia de los negocios que operan en la calle.
La medida resultó sumamente antipopular y los habitantes de la alcaldía, así como los miembros de RECHIDA han exigido que terminen con esa medida insípida y “les devuelvan su identidad”. Empleando el portal Change.org, que se encarga de dar a conocer peticiones y campañas para “cambiar el mundo”, han popularizado su protesta y ahora recaban firmas para que les devuelvan lo censurado.
La petición
Sandra Cuevas eliminó los rótulos de los puestos callejeros en un esfuerzo hegemónico por eliminar el arte popular que daba vida a la colonia (…) para ‘imponer el orden y la disciplina’. Sin embargo, lo que hizo fue un esfuerzo clasista y gentrificador (…) para borrar la huella urbana característica del paisaje de nuestra ciudad, (por ello pedimos que) restauren el arte popular de nuestra ciudad.
– Extracto de la petición ‘Recuperar los rótulos de puestos callejeros en la colonia Cuauhtémoc’ en Change.org
La petición de la Red Chilanga en Defensa del Arte y la Gráfica Popular (RECHIDA), que apenas inició el 20 de abril, ya tiene 5000 simpatizantes y reunió dos terceras partes de su meta de 7500 firmas en menos de un día de haber sido creada. La esperanza de los vecinos y artistas de la alcaldía Cuauhtémoc es que sus voces sean escuchadas, pues mientras más apoyo logren reunir en línea y en su comunidad, mayores probabilidades tendrán de que su voz sea escuchada por la gente en el poder.
Esto es lo que somos
El arte gráfico expresa cosas que las palabras no pueden transmitir y lo hace de un modo inmediato, claro y honesto, como pocas manifestaciones humanas pueden hacerlo. Sin duda, el trabajo y la individualidad que se refleja en la iconografía urbana es parte de lo que nos hace ser quienes somos: primero, nos representa y luego nos moldea.
La pérdida de parte de su identidad, que estaba evidenciada en su publicidad callejera, es un gran daño para la alcaldía Cuauhtémoc y, honestamente, sería una verdadera alegría si las autoridades locales permitieran que la gente se exprese por sí misma, libre de demostrar con orgullo y sinceridad quiénes son y qué quieren decir, “con sus propias palabras” o, en este caso, con sus propios rótulos.
Mejor úsenlo para lo que sí se necesita
Según un comerciante, el gobierno nunca pinta sus negocios, pero sí les exigen lo que quieren, sin dar explicaciones ni buscar el diálogo. El uso de recursos públicos para borrar de la faz de la Tierra las creaciones que los comerciantes usan “como firma” para ofrecer sus servicios y productos al público es, sin duda, un esfuerzo nefasto e injusto para desaparecer aquello que a algunos, en su estrecha visión del mundo, les resulta “feo” o “incómodo”.
Mientras no sea ofensivo, violento o ilegal, el hecho de que la población se exprese y tenga su propia voz debería ser motivo de admiración y orgullo por parte de los gobernantes, no un oprobio o un insulto.
Ignorancia que va más allá
La desaparición del arte popular de los puestos de Cuauhtémoc no es el primer exabrupto de la administración de Sandra Cuevas, pues al menos desde marzo del año pasado se ha dedicado a destruir, sistemáticamente, el patrimonio cultural de la alcaldía, borrando murales muy apreciados por la comunidad.
La barbárica campaña ha despertado alarma y desatado tristeza por el modo en que se ha “borrado” aquello que a las autoridades no les gusta o no les importa. Por ejemplo, en el caso del mural Mujer en diálogo con el progreso, de Carlos Alberto Segovia Alanis (conocido artísticamente como SEGO y Ovbal), tanto los vecinos como el realizador lamentan amargamente la inexplicable destrucción de la obra.