Muchas cosas han cambiado con la pandemia y debemos acostumbrarnos a vivir con ellas. Esta situación que estamos viviendo actualmente es difícil porque estamos acostumbrados a hacer ciertas cosas, como en los Juegos Olímpicos, que se volvió tradición tomarse una fotografía mordiendo las medallas, ya sea para comprobar que no no son de chocolate, sino de metal o simplemente se convirtió en una acción automática cada vez que alguien tiene una colgada al cuello.
Para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se hizo el llamado para que se evitara esta conducta, pues se consideró que al llevarla a la boca y estar cerca de alguien más, podría ser un factor de riesgo de contagio del covid-19. Es natural que alguien quiera tocar una medalla ganada en unas Olimpiadas y también es difícil resistirse a darle una mordida como en el siguiente caso.
Luego de ganar una medalla, es común que los atletas sean invitados a programas de televisión, reciban homenajes o visiten algunas ciudades, y el caso de Miu Goto, lanzadora del equipo japonés de softbol que se llevó la medalla de oro en la final contra los Estados Unidos, no fue la excepción. Miu fue invitada por el Ayuntamiento de Nagoya para una visita de cortesía y desde que llegó, el alcalde Takashi Kawamura no dejaba de mirar la presea dorada.
En un momento, el emocionado alcalde le pidió a la atleta que le colocara la medalla. Al tenerla en su cuello fue como si él la hubiera ganado, ya que la tomó y la metió en su boca para morderla, algo que está prohibido en estos momentos. De inmediato empezaron a llegar quejas a través de redes sociales. La acción de Kawamura se tomó como una falta de respeto para la deportista y también como un riesgo de contagio.
Además de mostrar una falta de respeto por los atletas, mordió la medalla a pesar de que [los deportistas] se las ponen ellos mismos durante las ceremonias de entrega para prevenir contagios. Lo siento, no puedo entenderlo.
-Yuki Ota, esgrimista japonesa
https://www.twitter.com/nhk_news/status/1422866070755491840
Aunque en el momento hubo risas, poco después llegaron más de 7000 quejas al Ayuntamiento por lo que hizo el alcalde, quien además de morder la medalla, se la regresó a Miu en las manos. Al sentir la presión de toda la gente que se estaba quejando, Kawamura envió un mensaje para disculparse y ofreció pagar una nueva medalla. Sin embargo, el propio Comité Olímpico Internacional informó que le entregaría una nueva y ellos cubrirían el costo.
Para la atleta, esto no tuvo tanta importancia y al inicio comentó que no tenía ningún problema en conservar su medalla original, pero luego decidió aceptar la oferta del Comité Olímpico. Por su parte, el alcalde dijo estar “arrepentido de haber dañado el tesoro de la medallista de oro”. Sin duda, a pesar de que ya terminaron las Olimpiadas, siguen dando de qué hablar.