La muerte de James Dean sorprendió tanto a todos que todavía se sigue hablando de esto como si hubiera pasado ayer, aunque ocurrió hace 66 años. En ese momento, el actor era muy popular, pero luego del accidente en el que perdió la vida se convirtió en una leyenda que ha pasado de generación en generación causando emoción cada vez que hay alguna noticia relacionada con él.
El 30 de septiembre de 1955, el actor viajaba en uno de sus coches, ya que un año antes se había aficionado a la velocidad, algo que finalmente terminaría con su vida. Una semana antes de esta fecha se encontró con otro actor, quien predijo su accidente y tal vez si le hubiera hecho caso, James Dean hubiera continuado con una larga carrera en el cine, aunque quién sabe si se convertiría en el ícono que es hoy.
El 23 de septiembre de 1955, el actor inglés Alec Guinness llegó a Los Ángeles en un largo viaje desde Copenhague y lo único que quería era comer algo. Estaba acompañado por la guionista Thelma Moss, quien usaba pantalones y aunque no lo creas, en esos años que una mujer usara este tipo de prenda era motivo suficiente para no permitirle la entrada a lugares como un restaurante.
Ya habían sido rechazados tres veces, hasta que llegaron al Villa Capri, donde sí permitieron que Thelma entrara, pero el problema es que estaba lleno y no había lugar para ellos. Decepcionados decidieron irse, pero de pronto alguien llegó corriendo y los alcanzó. Esta persona era James Dean, quien reconoció a Alec, pues en ese momento era un actor muy famoso por sus actuaciones en Ocho sentencias de muerte y Oro en barras.
Dean los invitó a su mesa en el restaurante, donde estaba con algunos amigos, pero antes de entrar, pasaron frente al Porsche Spyder 550 plateado, propiedad del actor y que sería el vehículo en el que moriría, algo que de alguna manera, Alec presintió y así se lo hizo saber a su reciente nuevo amigo, a quien, por cierto, nunca antes había visto en persona ni tenían una relación de amistad.
Allí, en el patio de este pequeño restaurante, estaba esa cosita plateada, muy elegante, toda envuelta en celofán y con un ramo de rosas atadas al capó.
-Alec Guinness
El coche al que bautizó como Little Bastard alcanzaba una velocidad de hasta 250 km/h. Al saber la velocidad a la que el auto podría correr, el actor británico sintió “algo”, como si de pronto le llegara un mensaje que tenía que compartir con el estadounidense y a pesar de que pudiera ser extraño, se lo comunicó.
Entonces algo extraño se apoderó de mí. Con una voz casi diferente dije: ‘Debo decir algo: por favor, no te subas a ese auto. Si lo haces, si te subes a ese auto, ahora es jueves a las 10 en punto de la noche, a las 10 en punto de la noche el próximo jueves, estarás muerto’.
Después de esto, James se río y entraron al restaurante para cenar, en lo que describirían como “una cena encantadora” donde se la pasaron de maravilla. Una semana después, justo como Alec dijo, Dean murió en un accidente en su Porsche, algo que sorprendió a todos, pero más al actor británico, quien incluso calificaba esto de “espeluznante” porque él le dijo el día en que iba a morir.
Después de terminar el rodaje de Gigante, Dean participaría en su primera carrera de autos. El auto seleccionado era un Lotus MK X. Sin embargo, no se lo tendrían listo para el día de la competencia y decidió usar el Porsche. El día de su muerte viajaba a alta velocidad, por lo que fue multado por la policía, pero luego de recibir la multa volvió a pisar el acelerador a fondo y ya nada lo pudo detener en su camino a la muerte.