Un abuelo alfa ha sido elogiado por la decisión que tomó unos meses después de que muriera su esposa. Aunque la paz y la tranquilidad parecieran algo deseable, después de la infortunada pérdida, él decidió poner una alberca en su jardín para que todos los niños del vecindario la pudieran disfrutar gratis.
Keith Davison se hartó de la quietud en su hogar sin su esposa Evy. “No puedes ni imaginarte cómo es esto”, dice en relación a la partida de su esposa a finales de 2016 luego de 66 años de matrimonio, en un pueblo llamado Morris, en Minessota, Estados Unidos.
“Lloras mucho, así es cuando entiendes que ella ya no está aquí”. Pero su casa ya no está en completo silencio. El juez en retiro de 94 años instaló en su jardín trasero una alberca y la llenó para que los niños del vecindario la disfrutaran.
“Sabía que vendrían”, dice Davison, riéndose. Mucha gente pensó que era una broma cuando publicó su idea. Su vecina Jessica Huebner era una de ellos.
Esta primavera cuando lo vi marcando el patio, le dije a mi esposo: ‘realmente va a construir una alberca en su patio’.
Desde que abrió la alberca en julio, Huebner y sus cuatro hijos han estado ahí regularmente. “Él está dando un poco de felicidad en nuestro vecindario para los niños”, dice.
El patio de Davison no solo tiene una alberca de 32 pies de largo (9.75 metros) y 9 de profundidad (2.74 metros), sino que es la única alberca pública.
“Ahora vamos a pasar todos los días aquí”, dice Jamie Mundal, otra de las madres del vecindario.
Davison tiene tres hijos adultos, pero no tiene nietos. Huebner dice que ahora le dice a su vecino: “de alguna manera adoptaste a todos los niños del vecindario. Ellos son tus nietos”.
Davison disfruta de ver a los niños jugar mientras se sienta en su silla de jardín. Las reglas de la alberca requieren que uno de los padres o abuelos estén presentes mientras los niños nadan. El juez disfruta del agua cuando ya todos se fueron a sus casas.
“Ya no me siento solo a ver las paredes”, sonríe.
El duelo puede ser un proceso muy duro y solitario. Pero este abuelo alfa supo cómo vencer la adversidad y además prestar un servicio a la comunidad.