Este hombre brasileño ha confiado en la bondad de sus paisanos y ha abierto una modesta tienda de alimentos orgánicos en la que no hay ningún tipo de vigilancia y en la que cada cliente se lleva lo que necesita y paga lo que debe. La inusual tienda de autoservicio ha sido todo un éxito y ahora necesita de la confianza de sus clientes.
Verginio Moretti es el agricultor que tuvo que implementar esta modalidad de venta debido a la alta demanda de sus productos. Durante la pandemia, su negocio fue muy solicitado, pues la gente comenzó a buscar alimentos más sanos, pero Verginio no podía atender sus tierras y su puesto de venta al mismo tiempo, por lo que decidió dejar abierta su tienda y que la gente se sirviera sola.
A pesar de que su negocio pudo salir a flote en la tormenta económica causada por la pandemia de covid-19, las ganancias no le dan para poder contratar a un empleado y esto lo ha llevado a confiar ciegamente en la bondad de las personas que regularmente acuden a su frutería.
A veces, la tienda estaba cerrada, sin nadie a quien acudir, y como contratar a un empleado genera un costo muy alto, decidí abrir sin un asistente. En mis viajes, vi tiendas así que funcionaban, y siempre quise abrir una como esta.
El autoservicio es una estrategia de venta riesgosa, pero todo negocio conlleva algo de incertidumbre. Sin embargo, los vecinos de Verginio se encuentran contentos con la tienda en la que uno se debe servir solo y dejar el dinero correspondiente a lo que tome.
Afortunadamente, la gente ha demostrado ser honesta y el negocio de Verginio sigue en pie y va creciendo. Sin duda, un acto de fe como este merece toda la buena ventura del mundo. No solo se trata del beneficio individual, sino de la confianza entre los habitantes de una comunidad.