Imagina que vas por la playa y de pronto te encuentras con una escena terrible: 400 ballenas varadas entre la arena… Cheree Morrison escuchó susurros y lo que parecían ser gritos en la costa de Nueva Zelanda; y lo que encontró por la mañana fue precisamente esa imagen de 400 ballenas tendidas sobre la arena, luchando por su vida.
Desafortunadamente, al llegar al lugar, cerca de 275 ballenas ya habían muerto, y las demás, prácticamente clamaban por su vida.
De inmediato, habitantes y visitantes de Farewell Spit, en Nueva Zelanda, se pusieron en acción para tratar de ayudar a estos enormes animales, y salvarles la vida al mayor número posible de ellos.
En el transcurso de las horas, han muerto ya 300 ballenas, en una de las peores catástrofes de este tipo que se tengan registradas en Nueva Zelanda, a pesar de que es común que este tipo de situaciones ocurren, tanto en ballenas como en delfines.
Ahora se trata de una carrera contra el tiempo para salvar a las 100 ballenas con vida. A decir de Mike Ogle, del Departamento de Conservación, las ballenas tienen una posibilidad razonable de sobrevivir, ya que hay pocas señales de ampollas en la piel.
El grupo de voluntarios denominado Proyecto Jonah dio cifras más exactas: fueron 416 las ballenas varadas, y cuando la marea subió, los voluntarios lograron regresar al agua a 50, pero siguen luchando por poder salvar otro tanto.
Cerca de 500 voluntarios son los que se han acercado a la zona para apoyar esta exhaustiva labor, ya que, como podemos imaginar, el tamaño, peso y delicadeza de la piel de estas criaturas, dificultan el trabajo.
A pesar de las investigaciones que se han realizado, los científicos aún no descubren la causa de que tantas ballenas terminen varadas, e incluso algunos han lanzado la hipótesis de que se trata de “suicidios masivos”.
Algunos estudios han destacado que por lo regular es una ballena la que de pronto se lanza hacia la costa, y en una reacción instintiva, las demás se dejan ir tras ella con el fin de ayudarla, pero terminan todas en la misma situación, como en este caso.
Justo en febrero de 2015, otras 200 ballenas habían quedado varadas en esta zona, y otra hipótesis son las aguas poco profundas que tiene la bahía en este lugar, aunque, como ya dijimos, no hay una explicación total. Una de las voluntarias en el lugar, Ana Wiles, comentó:
“Nos las arreglamos para regresar al agua a un buen número de ballenas, pero había un montón de ellas muertas en las aguas poco profundas, lo que fue muy, muy triste”.
“Una de las cosas más bonitas fue que logramos rescatar a una pareja [de ballenas], y tuvieron bebés y los bebés siguieron”.
Los voluntarios han creado una enorme cadena humana para que las ballenas que son regresadas a una zona en la que puedan flotar ya no regresen a la costa, sino que sigan hacia aguas más profundas.
Un valiente esfuerzo de estas personas por salvar la vida de las desafortunadas ballenas… ojalá esto sirva como ejemplo y nos ocupemos más de estas cosas, que son las que realmente importan…