He escuchado que las criaturas marinas, entre más profundo vivan en el océano, más feas son. Esto se debe, en una pequeña parte, a que no reciben la luz del sol y el ambiente es diferente, por lo que sus cuerpos tienen que adaptarse a esas condiciones. Muchas veces esto significa dientes feos, ojos horrendos, en fin, especies terroríficas. Ahora, a eso súmenle ser un animal marino australiano, todo en Australia es aterrador.
Un grupo de 40 científicos internacionales, incluidos aquellos de los museos Victoria y el Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation(CSIRO), acaban de regresar de una expedición en un buque de investigación cuyo objetivo era observar y analizar el ambiente obscuro y aplastante a 4 mil metros por debajo de la superficie.
Más de un tercio de las criaturas invertebradas y algunos peces encontrados en este viaje son nuevos para la ciencia. Los hallazgos incluyen: gusanos que viven en cráneos de ballena, un pez ataúd color rojo, con una caña de pescar en la cabeza, gigantescas arañas anémonas, un pez globo, un shortarse feelerfish, crustáceos carnívoros, un tiburón llamado ‘cortador de galletas’ por sus filosos dientes en forma de sierra y una manada de cerdos de mar.
El viaje, que duró un mes, el equipo visitó siete reservas marinas de la Commonwealth; desde la Península de Freycinet, al este de Tasmania, hasta el Mar de Coral, en el centro de Queensland. Ante eso, el experto en invertebrados del Museo Victoria, el Dr. Tim O’Hara, dijo lo siguiente:
“El abismo es el hábitat más grande y más profundo del planeta, cubriendo la mitad de los océanos del mundo y un tercio del territorio australiano, pero sigue siendo el medio ambiente más inexplorado de la Tierra”.
“Sabemos que los animales abisales han estado alrededor por al menos 40 millones de años, pero hasta hace poco tiempo sólo un puñado de muestras se habían recogido del abismo de Australia”.
En este punto de profundidad todo es obscuro, y a menudo las criaturas no tienen ojos o producen su propia luz a través de la bioluminiscencia. La comida es escasa y los animales suelen ser pequeños y se mueven lentamente. Estos son algunos de los hallazgos:
1. El pez “sin rostro”
En este viaje se redescubrió al pez “sin rostro”, que vive en lo profundo, no tiene ojos visibles y lo único que lo identifica es su boca en la parte inferior de su cabeza. Cuando lo encontraron, la tripulación se desconcertó, pues sabían de su existencia pero nadie había visto uno.
Resulta que la especie fue encontrada por primera vez en el norte del Mar de Coral, hace más de 140 años, durante el Viaje del HMS Challenger, la primera expedición oceanográfica mundial.
“El ambiente profundo de Australia es más grande que el continente y hasta ahora casi no se sabía nada sobre la vida en la llanura abisal”, dice el Dr. O’Hara.
“Estamos muy entusiasmados con los descubrimientos que hemos hecho y estamos encantados de poder compartirlos con el público australiano e internacional”.
2. Blob fish
Este pez fue encontrado a 2.5 km de profundidad en Nueva Gales del Sur. Tiene una consistencia blanda y acuosa, además, es un depredador de emboscada que se encuentra muy en el fondo esperando que su presa desprevenida pase para atacar.
3. Tiburón ‘cortador de galletas’
Este amigo de dientes perfectos es, además, bioluminiscente. Habita la zona crepuscular oceánica en una profundidad que llega hasta los mil metros. Se alimenta de grandes peces, ballenas, delfines entre otras especies (algunas veces humanos nadadores). Se le dio este peculiar nombre puesto que, con su filosa mandíbula, arranca grandes trozos de carne, del tamaño de una galleta.
4. Pez lagarto
La familia de estos peces es extensa, por lo que es más común encontrarlos en las profuncidades. Esta especie es bioluminiscente y pequeña, mide al rededor de 15 a 26 centímetros.
5. Anguila ciega
Esta especie es pequeña, no tiene ojos y se caracteriza por su piel gelatinosa. Viven hasta 2 mil y 6 mil metros bajo el agua.
6. Arañas del mar
Estas especies no son exactamente arañas, sus largos tallos o piernas son básicamente tubos que brillan en la obscuridad. Esta característica le sirve para moverse rápidamente bajo el agua.
7. Cangrejo espinoso
Esta colorida criatura tampoco es desconocida para ellos, es de la familia del cangrejo ermitaño. También se les conoce bajo el nombre de ‘rey cangrejo’ y hay al menos 121 especies similares.
8. Red coffinfish (Pez ataúd rojo)
Esta misteriosa especie del mar profundo pertenece al grupo del pez rape. Atrae a presa desprevenida utilizando una caña de pescar inclinada con un cebo mullido en la parte superior de su cabeza.
9. Coffinfish
Básicamente es primo del de arriba. Es similar a un pez globo, pues se infla hasta que parece una especie más grande y ahuyenta a los depredadores.
10. Pez trípode
Estos peces se posan en el fondo marino usando sus aletas como zancos. Para alimentarse, se enfrentan a la corriente extendiendo sus aletas alargadas hacia adelante, de esta manera sienten su presa a la deriva y la atrapan.
11. Pez dragón bioluminiscente
Este tipo de pez dragón da un show de luces espectacular, pues son bioluminiscente y vive a 1,500 metros debajo del agua.
12. Corallimorfo
Esta especie parece el Ojo de Sauron, pero en realidad pertenece a la familia de las anémonas y los corales duros. Su principal característica es que no cuenta con un exoesqueleto.
13. Cerdo de mar
Descrito como las aspiradoras del océano, los cerdos del mar utilizan sus pies tubulares para chupar microorganismos del fango. Pueden reunirse en grandes rebaños si hay suficiente fuente de alimento.
14. Crustáceos carnívoros
Claro, parece un camarón inofensivo, pero este diminuto crustáceo limpia el fondo del océano y comerá todo lo que encuentre a su paso.
15. Esponjas carnívoras
Estas formas de vida a base de sílice atrapan diminutos crustáceos en sus espinas y los digieren lentamente. Pueden ser sólo de 5 a 15 centímetros de largo, pero son letales para los pequeños organismos.
16. Peanut Worm
Y bueno, una de las especies que más han llamado la atención es esta, un gusano marino en forma de pene. Es gracioso pues, para avanzar en el agua, se contrae y crece para impulsarse.