Mi mujer y mi suegra, una ilustración de W. E. Hill, publicada en 1915 en la revista Puck, en Estados Unidos, ha sido objeto de debate desde ese tiempo, ya que muchos aseguran ver la imagen de una joven; otros a una anciana; o ambas.
Hasta nuestros días, más de 100 años después de su aparición, el debate continúa; sin embargo un estudio publicado en la revista Scientific Reports ha señalado un dato muy importante: lo que ves, depende de la edad que tengas.
Dos sicólogos, investigadores de la Universidad de Flinders, Australia, reunieron a un grupo de 393 personas, de entre 18 y 68 años, siendo los 32 años la edad promedio del grupo, para que observaran la ilustración de W. E. Hill, que seguro ya has visto, y aquí te mostramos:
Luego de mostrarles la imagen por un breve instante, se les preguntó qué genero tenía la figura, y qué edad tendría. Esto reveló algo interesante: la identificación de la edad está estrechamente relacionada con la edad de quien la observó.
Los jóvenes vieron a una mujer joven, mientras que los más viejos, a la primera, identificaron a una mujer mayor. El estudio señala que hubo más personas que vieron a la mujer joven, pero esto es porque hubo más jóvenes participando en la investigación.
De acuerdo a los autores del estudio, esto demuestra que el reconocimiento facial tiene que ver con mecanismos de detección neuronal, pero también entran en juego procesos sociales de alto nivel.
Esto puede conducir a sesgos en la percepción, que tiene que ver con cuestiones culturales, como el hecho de la poca inclusión a los ancianos, por lo que habría que hacer un estudio más amplio, pues en culturas donde la figura del anciano es más respetada e incluida en la vida social, tal vez la percepción sería diferente.
Ahora bien, ¿tú qué viste? Si viste primero a la mujer joven está bien, pero ¿ya encontraste a la anciana? Y viceversa…
Veamos de nuevo la imagen:
Prácticamente todo el contorno del rostro de la mujer joven es la prominente nariz de la anciana, y la oreja de la joven es el ojo de la mujer mayor, para que te ubiques; lo que pudiera ser un collar en la joven, es la boca de la anciana.
¿Ahora sí ya las viste a las dos?