La temporada navideña está aquí, es el tiempo más maravilloso del año, suéteres ridículos, borracheras inolvidables, tiempo para dar, recibir y echar niños al fuego… bueno no, pero sí para dárselos al Krampus, que es peor.
Al menos los niños malos. Esta es la tradición alpina del Krampus, una criatura demoniaca en apariencia que castiga a los niños malos y es lo contrario de Santa Claus, quien le da regalos a los niños malos. El Krampus los captura en un saco y se los lleva al infierno para devorarlos.
La tradición, prevalente en tradiciones pre-cristianas, es medio cabra, medio demonio y se encuentra en países como Austria y Eslovaquia. En los años 30 fue prohibido, pero más tarde tuvo una resurrección importante y se ha expandido a otros países. El fotógrafo Sean Gallup estuvo en Pongau, Austria para ver a cientos de actores en el desfile anual de Krampus. Estas son algunas de las fotos que tomó: