Los clubes de acompañantes, llamados Kyabakura, son muy comunes en la cultura japonesa, pero a diferencia de la mayoría de las casas de “luz roja” en los barrios de todo el mundo, que están llenas de espectáculos de desnudistas y sexo, entre sus “servicios”, los kyabakuras son lugares solamente para el entretenimiento.
De hecho, en estos clubes está muy mal visto el que los que ahí trabajan pudieran tener sexo con sus clientes.
Lo interesante es que la preparación que se requiere es de 2 años, es decir ¡casi como realizar estudios universitarios! Aunque luego de este esfuerzo, lucrativamente puede resultar en un muy buen negocio, pues estos acompañantes pueden ganar miles de dólares en una semana, o incluso, recibir regalos exclusivos de parte de sus clientes.
El hecho de no permitir contacto físico íntimo reduce las posbilidades de un enamoramiento por parte del profesional con su cliente. En una sociedad politizada, adicta al trabajo y masculina, como la de Japón, las necesidades de intimidad romántica de las mujeres se ven comprometidas. Por ello las clientas de estos lugares, buscan las compañías de estos “novios por contrato”, para sentir amor y seguridad emocional, al menos por unas horas.