Siempre se ha dicho que el perro es el mejor amigo del hombre, pero no solo eso, sino que también puede ser un guardián y un protector, y de esto existen cientos de ejemplos, y aquí tenemos uno de ellos.
Jade Logan caminaba rumbo a su casa, cuando de pronto sintió cómo una mano la tomaba por la espalda, intentando taparle la boca, con la evidente intención de abusar de ella; sin embargo, su fiel perrita se encontraba cerca y acudió en su auxilio para evitar que le hicieran daño.
Jade tiene tres hijos y acababa de visitar a su madre, por lo que se dirigía a su hogar; sin embargo, luego de un par de minutos de haber empezado a caminar, sintió cómo era atacada por la espalda y jalada hacia un lugar baldío, con la finalidad de abusar de ella.
Para su fortuna, la casa de su madre no está lejos de la suya, por lo que Lola, su perra, una Staffordshire terrier, escuchó esto y salió corriendo para evitar que el ataque se consumara.
Tras ser conducida a uno de estos parajes entre la hierba que se observan en la fotografía de arriba, Jade trató desesperadamente de gritar para pedir ayuda, pero la mano del atacante estaba sobre su boca. En ese momento creyó que iba a morir.
Pero en medio de la desesperación y el miedo, de pronto apareció Lola; comenzó a gruñir y clavó sus colmillos en el brazo del atacante, por lo que este no tuvo otra opción más que dejar a su víctima y emprender la huida.
Jade relató a medios locales en su ciudad:
“Le había enviado un texto a mi pareja justo antes de las 8:30 de la noche para decirle que estaba saliendo de la casa de mi madre, y literalmente dos minutos después, una mano se puso encima de mi boca, por detrás, y me jaló a un lugar oscuro.
“No había visto ni oído nada; salió de la nada. Él tenía la mano en mi boca y jaló mi cabeza hacia atrás con tal fuerza que perdí mechones de pelo y tengo golpes en la cabeza. Pensé que iba a morir; todo lo que podía era pensar en mis tres hijos”.
Aterrorizada y sin poder defenderse del agresor, Jade vio cómo apareció Lola:
“Él todavía tenía su mano sobre mi boca, y aunque traté de gritar para pedir ayuda, apagaba mi voz y nadie podía escuchar. Él usó su otra mano para tratar de bajar mis pantalones, pero luego dijo: ‘Tu perro nos puede ver’. Tenía un acento extranjero y era demasiado fuerte; yo estaba tan aterrorizada que no podía darme vuelta para verlo”.
“Había dejado de luchar, y de forma repentina apareció Lola gruñendo; luego le hundió los dientes en el brazo. Como estaba luchando para quitarse a Lola del brazo, tuvo que dejar que me fuera, y tan pronto como él se liberó, se fue corriendo.
“Yo estaba en shock y ni siquiera pensé en asomarme para ver hacia dónde se había ido”.
Lo primero que hizo fue llamar a su pareja, y una vez en casa se pusieron en contacto con la policía. “Vivo a tan solo 200 metros de donde me atacó”, dijo.
“Nunca pensé que algo así me pasaría. Todavía tengo mucho miedo de salir de casa y no puedo dormir desde que eso sucedió. Me gustaría haber podido mirarlo (al agresor), pero tenía mucho miedo como para hacerlo. Todo lo que sé es que tenía acento extranjero.
“Estoy muy agradecida porque Lola estuvo conmigo. Ella es un Staffie de dos años de edad y normalmente es muy tranquila. Es un perro muy calmado en casa, pero no puedo ni siquiera imaginarme lo que habría ocurrido si no hubiera estado conmigo.
“Su instinto de protección se hizo presente y si no fuera por ella no me cabe duda de lo que habría sucedido; ella es nuestro héroe.”