Cuando vas a algún lugar a comer, a tomar un trago o a un café, piensas en cuánto será lo adecuado para dejar de propina (por lo general es el 10 o el 15 por ciento), pero por supuesto que nunca dejarías 7686 dólares, a menos que hayas consumido miles más y que además seas millonario. Sin embargo, Olesja Schemjakowa, una mujer rusa de 37 años, pagó esa cantidad solo por beber café y comer pastel con su hijo en una cafetería de New Point, cerca de Zúrich, Suiza. Entérate cómo pasó esto.
Olga pidió un par de cafés y un pastel para ella y su hijo, el total fue de 25 dólares, pero cuando estaba haciendo el pago con su tarjeta de crédito le pidieron que ingresara la cantidad que quería dejar de propina, pero ella se confundió y tecleó su número confidencial de cuatro dígitos (NIP), así que sin darse cuenta tecleó 7686 y dejó esa cantidad de dinero como propina, es decir, un 32 000 por ciento del total de su consumo. La mujer se dio cuenta que en total le cobraron 7709 dólares hasta que llegó la factura de su tarjeta.
Al comunicarse con su banco, le dijeron que no podían ayudarla porque no se trataba de un fraude, sino que ella fue quien cometió el error. Además, la policía le dijo que no había nada qué hacer, solo comunicarse con el propietario del café y solucionarlo con él. Sin embargo, la situación no fue muy agradable, ya que después de un tiempo, el dueño dejó de responderle a Olga y luego cerró el local y se declaró en quiebra.
La mujer se había quedado sin trabajo y estaba muy preocupada, por lo que necesitaba ese dinero. La verdad es que aunque tuviera empleo, nadie está como para estar regalando más de 7686 dólares, así nada más. Ya casi con la esperanza perdida, Olga recibió la llamada de Cengiz Gökduman, propietario de la cadena de cafés, quien le dijo que el hombre que cerró y con quien tuvo problemas solo era un concesionario con el que el dueño ya había tenido problemas.
Cengiz se enteró de lo sucedido a través de las noticias y las redes sociales, pues quien dirigía la sucursal donde esto ocurrió nunca notificó nada. Sin embargo, decidió llamar a Olga para devolverle su dinero, ya que está consciente de que todo fue un error.
Afortunadamente todo tuvo un final feliz para Olga y con ese dinero puede sobrevivir un par de meses en Suiza mientras encuentra trabajo y, por supuesto, de hoy en adelante será más cuidadosa al momento de dejar la propina, porque tal vez no tenga la misma suerte.