Para algunos, la relación de pareja puede ser muy sencilla si hacen todo lo que su mujer les dice, pero cuando hay una falla, se pueden desencadenar graves consecuencias, desde dormir en el sofá, no tener intimidad hasta ser puesto a la venta en una subasta.
En Nueva Zelanda, un hombre identificado como John McAlister se fue a pescar por unas horas, sin el permiso de su mujer, algo que para ella fue un “delito capital”, así que como correctivo decidió ponerlo disponible en una página de subastas y así ya no tener que lidiar con él.
Linda McAlister estaba tan enojada porque su esposo se fue de pesca sin avisarle, dejándola sola al cuidado de sus hijos, que pensó en vengarse y lo puso a la venta en la página de TradeMe.
Esta pareja de irlandeses vive en Nueva Zelanda y John se dedica a la ganadería, un trabajo muy absorbente, por lo que Linda se hace cargo de Colt y Ryder, de 4 y 6 años de edad. Ese día, al marido se le hizo fácil tomarse un rato para relajarse e irse de pesca y dejarla todo el día con los niños, lo cual puede ser extenuante.
En la página compartió algunos datos como la estatura y la edad de su marido. Además, aclaró que se pone un poco ansioso en entornos que no conoce, pero es capaz de calmarse. Para rematar, fue muy clara:
La venta es definitiva. No hay devoluciones, ni cambios.
John se dio cuenta de que lo estaban subastando porque unos amigos encontraron la publicación y se la mostraron, pero él lo tomó con buen humor e incluso dijo que iban a pagar mucho dinero por él, así que constantemente entraba a la página para ver cuánto habían ofrecido.
Linda pidió cien dólares neozelandeses por su marido, que son unos 66 dólares americanos, y para su sorpresa sí hubo algunas personas interesadas, preguntando si tenía vicios, enfermedades y cosas así. Al final, TradeMe eliminó la publicación porque no está permitido vender seres humanos aunque sean maridos rebeldes.