Ahora sabemos por qué Johnny Depp quedó como Bobby Pulido, es decir, desvelado y sin amor por su ex. Recientemente se ha dado a ha conocer un video en el que Amber Heard demuestra que sabe sacarle chispas al huarache con la cumbia de Selena titulada Como la flor. Y, la neta, nosotros sí pedimos “secuns” para sacarle brillo a la pista con la Amber, con esa que dice “Y la hierba se movía, se movía, se movía”.
En el video se puede ver que la actriz de 36 años se halla muy divertida en una fiesta de rancho gringo y cómo, con mucha soltura, empieza a menear las caderas cual diva del Tex-Mex, haciendo que por poco y se nos olvide su pleito legal de apenas hace unos meses con el intérprete de Jack Sparrow.
La verdad es que podemos ver el encanto de Amber en todo su esplendor, algo de lo que nos imaginamos que Johnny Depp pudo conocer durante la grabación de los Diarios del ron, película donde se conocieron y en la que seguramente bailaron alguna salsita guaguancó por estar ambientada en Puerto Rico.
A pesar de la gracia motriz de Amber, los internautas no pueden dejar de recordar su faz siniestra, esa que esconde bajo su bello rostro y ritmo sensual, pues han comentado en el video subido a la cuenta de TikTok de Bernardo Triana, a manera de broma, que el bailador corre peligro y que se aleje de ella.
Así te quería agarrar, puerca. Les dejó el video de la Amber Heard bailando unas cumbias al ritmo de la diosa Selena. Quién la viera… pic.twitter.com/rfg20pp67x
— tacodealacran (@tacodealacran) February 2, 2023
Otros hacen burlas más allá de los confines de la prudencia y han dicho cosas como que antes de llevarla a casa, debe forrar los colchones o que esa Amber del baile ejidal no es la misma que conocerá minutos más tarde, haciendo alusión a una supuesto trastorno de personalidad múltiple.
Sea como sea, nosotros ya estamos planeando el crossover más ambicioso que se pueda tener con esta noticia, es decir, el baile de la princesa Mera con Medio Metro vestido como el rey de los océanos para que se avienten la “acuachaquetita”. Ahora que sabemos que a Amber le gusta sacudir la polilla, las posibilidades son infinitas.