En televisión y el cine vemos cientos de historias de personas que sobreviven a circunstancias extremas, pero que para ello cuentan con la preparación adecuada. Pero en este caso, una chica pidió que la llevaran a una isla desierta, sin ningún conocimiento previo de supervivencia, para probarse a sí misma que podía lograrlo.
Reikko Hori, una estudiante japonesa de 22 años, decidió irse a la isla Amparo, a más de 6, 500 kilómetros de la costa de Australia, con una lupa para generar fuego y una pistola de arpón para cazar su comida. Nada más.
Hori reservó su escapada a la isla en Docastaway, que se anuncia como “la primera agencia de viajes en el mundo que se especializa en vacaciones y experiencias en islas remotas y desiertas de todo el planeta”. Ofrecen una amplia variedad de viajes a la isla, con diferentes niveles de confort. Hori eligió su categoría más extrema: el modo aventura.
En entrevista con MailOnline Viajes, Alvaro Cerezo de Docastaway, quien organizó el proyecto, dijo:
“Cuando ella llegó al aeropuerto, desde el primer día vi que no había preparado el equipaje adecuado y no llevaba ropa adecuada, solo jeans. Tuvimos que ir a una tienda local y comprar la ropa adecuada. Luego, cuando me enteré de que su conocimiento de supervivencia era inexistente, me preocupé más. Pero lo que realmente me preocupó fue el hecho de que Reikko tenía serias dificultades para detectar el peligro y en su sensación de dolor caminó descalza sobre coral agudo, como si estuviera caminando descalza en su casa. Dormía en el suelo de la selva sin que le cruzara por la cabeza que un animal pudiera estar sobre ella en la mitad de la noche”.
A pesar de una dura introducción a la vida en la naturaleza, Reikko pronto aprendió a enfrentarse a los desafíos que se le presentaban, como el uso de una lanza para atrapar peces, o usar una piedra para romper los cocos; y por supuesto, usar una lupa para hacer fuego. La joven, nacida en Osaka, lo hizo hasta el final.
Por su parte, Reikko declaró:
“Me pareció que la isla era más pequeña de lo que imaginaba, pero tenía miedo de saber que tenía 18 días para poder escapar. Tenía una gran sensación de soledad, por ser la única persona en el mar; pero al mismo tiempo fue muy emocionante. Cuando el equipo Docastaway me dejó en la isla, estaba feliz de estar sola, pero este sentimiento solo fue momentáneo. Estaba llena de una dolorosa soledad e impotencia después del segundo día”.
Reikko, quien está cursando Estudios sobre la Niñez, en Japón, describió cómo hizo fuego con el pelo de coco, usando la lupa, y cómo, en promedio, capturaba un pez en una hora utilizando un arpón, además de trepar a las palmeras para obtener cocos, abrirlos y comer.
La estudiante admitió que “no soy buena en las relaciones humanas”, pero dice que su experiencia le ha hecho apreciar la sensación de estar en una comunidad.
“Por lo general prefiero estar sola, sin embargo, después de pasar 19 días sola en una isla desierta, me encontré con un mundo sin personas, y no es el mundo en el que realmente quiero vivir. Aprendí sobre la felicidad de estar con otras personas. No solo el sufrimiento, sino también la felicidad de relacionarme con otras personas. Quiero vivir de manera positiva en la sociedad ahora y me doy cuenta de lo importante que son las cosas que tengo en mi vida”.
Docastaway ofrece vacaciones a las islas deshabitadas más remotas de todo el mundo. Te ofrece un modo de aventura, adecuado para aquellos que están preparados para hacer frente a una experiencia intensa y auténtica.
No obstante, también está el modo de confort, adecuado para personas que desean un cierto nivel de lujo durante sus vacaciones en una isla privada.
¿Cuáles escogerían ustedes? ¿Se atreverían a hacer lo que hizo Reikko?