Quizá quieran invertir en una subscripción a Netflix porque los villanos sí lo han hecho e inspirados por las fechorías documentadas de gañanes retratados en filmes y documentales, como El estafador de Tinder, Quién maneja los hilos e incluso Inventando a Anna, han empezado a imitar los métodos de estafa o a desarrollar los propios, aplicando un benchmarking insidioso y diabólico, multiplicando la tasa de aparición de ese tipo de criminales.
Para prueba está el caso de Sharon Bulmer, mujer mancuniana de 57 años que luego de 29 años de matrimonio, decidió abandonar a su esposo para vivir un romance online con un tal Murphy Townsend, presuntamente un soldado estadounidense también de 57 años que se encontraba luchando en el extranjero. Spoiler alert: Sharon no sabía en qué se estaba metiendo.
Facebook: coto de caza
El terreno de cacería del estafador no fue Tinder, sino Facebook, plataforma que hizo posible que se conocieran Sharon y Murphy. El “soldado” se presentó como un viudo con una hija de 17 años que se encontraba viviendo en Washington.
La historia del vivales, que decía sentirse solo, dado que pertenecía al Equipo de Combate de la Brigada de Infantería 37 en la Base 29 en Raqqa, Siria, era respaldada por múltiples fotos en su perfil.
Novia Generosa
Murphy Townsend comenzó a pedir dinero para una gran variedad de cosas: vuelos, medicinas e incluso para ayudar a su hija. Sharon, que nunca sospechó que estuviera siendo deshonesto con ella, accedió sin ninguna reserva a pesar de que el galán nunca quiso aceptar ni una videollamada porque “era tímido”.
El total que desembolsó Sharon a favor del “gallardo soldado” fue de unas 80 000 libras esterlinas (casi 110 000 dólares) y ya llegado ese momento, sí que le empezó a parecer muy raro el proceder de su enamorado. Entonces se comunicó con las autoridades estadounidenses para descubrir una desagradable confirmación de sus sospechas.
Bandera equivocada, hombre equivocado
Al indagar al respecto, Sharon descubrió que no existía ningún Murphy Townsend registrado en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y mucho menos en servicio activo en el extranjero.
Además, al investigar las fotografías del supuesto soldado, se enteró de que pertenecían al ministro de Defensa letón Artis Pabriks, cuyas fotos se encontraban presentes en más de 100 perfiles falsos que tienen como objetivo engañar a mujeres desprevenidas.
“Quiero ayudar”
Me pidió que lo ayudara y lo hice. Me enamoré de esa persona y eventualmente me dejó sumamente endeudada. Sé que he sido una tonta, pero estas son las cosas que se hacen por amor.
El dinero, que terminó en manos del artista del engaño, tenía originalmente el propósito de servir para llevar a los hijos de Sharon a Nueva York, pero ese proyecto se ha visto detenido por la estafa a la que fue sujeta la mujer inglesa. Dolida y muy enfadada, Sharon revela su historia esperando que ayude a prevenir a otras potenciales víctimas y así evitar que caigan en las redes de “esos idiotas” estafadores.