Imagínate que vas al banco para retirar los tres dólares que te quedan en tu cuenta y de pronto te encuentras con que tienes 1.2 millones de dólares. Obviamente eso es como para volverse loco de alegría y, por supuesto, pensar en qué te los vas a gastar. Aunque esto tiene su riesgo, pues puedes ir a prisión por querer quedarte con algo que no te pertenece, tal como le sucedió a Kelyn Spadoni, de 33 años, quien pasó muy rápido de ser rica a convicta.
La sucursal del banco en Nueva Orleans, donde vive Kelyn, realizó una transferencia por error, así que en lugar de los 82 dólares que debían depositar a su cuenta, traspasaron 1.2 millones y como sabía que esto no sucede todos los días, de inmediato empezó a gastar en algunas cosas, como un automóvil, una casa nueva y el resto del dinero lo transfirió a otra cuenta. Cuando el banco intentó recuperar esa cantidad se encontraron con que la cuenta ya estaba vacía.
Kelyn trabajaba en la oficina del sheriff de Nueva Orleans, pero luego de este incidente fue despedida, por lo que ahora está en la cárcel bajo investigación por fraude bancario y transferencia ilegal de fondos. A pesar de que ya se había gastado una enorme cantidad, las autoridades solamente la acusan por tomar 25 000 dólares, que es por lo que tendrá que responder. Aunque eso sí, el gusto de ser millonaria por un instante ya nadie no se lo puede quitar.
De acuerdo al contrato con la institución que hizo el depósito, cuando esto sucede, el cliente está obligado a reintegrar el dinero en su totalidad, de lo contrario, se enfrentan a cargos por fraude, tal y como le está sucediendo a esta mujer, quien ahora tendrá que pasar un tiempo tras las rejas mientras se aclara la situación y se decide si tendrá que regresar todo lo que había comprado. Eso sí sería una tragedia para ella.