Recientemente, fotografías de la ministra de salud de Japón Yuki Yamamoto se viralizaron por sus grandes niveles de indiscreción, ya que para ser parte del gabinete del ministro Fumio Kishida, su vestimenta no empataba con los valores japoneses de la censura y el nopor pixelado.
Sin embargo, todo resultó una farsa, pues esa mujer no tiene un puesto en la Cámara de Representantes del poder legislativo en el país insular de Asia Oriental, es más, esa mujer ni existe, porque es otro de los inventos de la aplicación de Inteligencia Artificial (IA) Stable Diffusion.
Entonces, básicamente, las IA lo volvieron a hacer, pues después del demsadre que se armó por las fotografías falsas del papa donde tiene más flow en su tenis derecho que cualquier morra aesthetic en todo su outfit, pensamos que la tecnología no nos podía ver la cara de mensos otra vez, pero sí que pudo y hasta logró que se armaran debates sobre la política inexistente.
Las principales reacciones apuntaron a dos cosas (sí, también esas dos cosas). Primero, a la imprudencia de la ministra por vestir de esa forma teniendo un puesto de gobierno. Segundo, a su belleza comparada con los funcionarios de salud de otros países.
Sin embargo, todos los debates se fueron al caño cuando diversos usuarios aclararon que las fotos fueron creadas con Inteligencia Artificial, con lo que quedaron comprobadas las palabras de Geoffrey Hinton, el “padrino de las IA”: “Ya no seremos capaces de saber qué es verdad”.
Por si te lo estabas preguntando, sí, sí existe un ministro de Salud, Trabajo y Bienestar en Japón (el puesto de ministro de salud también es inventado) y se llama Katsunobo Kato, quien, aunque no tenga la personalidad cautivadora de Yuki Yamamoto, al menos tiene pulso y eso ya es mucho decir hoy en día.