Durante la pandemia de coronavirus las escuelas cerraron sus puertas y se pensó que la solución ideal era recurrir a la tecnología, a través de clases virtuales, solo que a quienes se les ocurrió esto olvidaron un pequeño detalle: existen millones de personas que no tienen acceso a internet.
Afortunadamente todavía existen personas como Carolina Espinoza Orejuela, una maestra de 40 años de edad, quien demuestra su vocación y empatía hacia los demás, y todos los días toma su bicicleta para llegar hasta los hogares de sus alumnos que no tienen internet y darles clase.
En una zona conocida como Playas, en Ciudad General Villamil, Ecuador, todos los días llega la maestra después de recorrer varios kilómetros en su bicicleta, eso sí, con gafas y cubrebocas, respetando todas las medidas necesarias durante la pandemia de coronavirus, a pesar de que esta zona se caracteriza por sus altas temperaturas, más en esta temporada.
Ella misma saca copias de los materiales que va a utilizar, que son los mismos que transmite a través de Zoom con los alumnos que sí tienen la posibilidad de acceder a una computadora o teléfono con internet, aunque su situación tampoco es de lo mejor, ya que desde un mes que no le están pagando su salario.
Además, Carolina aprovecha el viaje para darle clases también a niños con Síndrome de Down, quienes han tenido que suspender sus terapias y clases también, por lo que ocurre con la pandemia, lo que le ha ganado mayor respeto de parte de su comunidad y ahora de varias partes del mundo, ya que su historia se ha vuelto viral.
Cuando llego me reciben con amor. Estos chicos van a recordar toda la vida que fue la docente Carolina quien llegó a la puerta de su casa en plena pandemia, no lo olvidarán nunca. Yo moriré y ellos lo recordarán.
—Carolina Espinoza
Las autoridades se enteraron del caso y le hicieron un reconocimiento, nombrándola “Héroe del Guayas”, estado en el que se encuentra la zona en la que vive, misma que fue visitada por el gobernador y el vicepresidente de Ecuador, donde se comprometieron a colocar lo necesario para que haya internet en los hogares de los 15 alumnos que atiende esta mujer.
Como si no fuera suficiente, también tiene su canal de YouTube, donde explica temas de Matemáticas que pueden ser muy complicados para los estudiantes, y además sube recetas de cocina. Mientras viaja en su bicicleta lleva un cartel para publicitar su canal, y así quienes la ven en la calle pueden conocerlo. ¿Hay algo que no pueda hacer esta maestra?