Si bien es cierto muchos están felices con las clases a distancia que se implementaron prácticamente en todo el mundo por la pandemia de coronavirus, esto también ha demostrado una vez más las enormes diferencias que existen, pues hay lugares en los que la distancia y la pobreza no permiten tener los elementos necesarios para seguir con los estudios. Afortunadamente, surgen maestros que son verdaderos héroes y hacen sacrificios increíbles con tal de seguir enseñando.
Cicilia Gatica tiene 52 años y es maestra en la escuela Sara Cruz Alvayay, que se ubica en la comunidad de Juntas de Valeriano, en Chile, al pie de los imponentes andes, por lo que la señal de internet se ve limitada, lo que hace que la mayoría de los estudiantes no tenga la posibilidad de acceder a los contenidos en línea de las diferentes asignaturas, pero esta maestra no está dispuesta a que los alumnos se queden sin estudiar.
Todos los días cabalga hasta por ocho horas para visitar a todos sus pupilos, uno por uno, pues tampoco se trata de romper las leyes y generar aglomeraciones. Este es un trabajo realmente titánico, pero todos los días lo hace con mucho cariño y entusiasmo. Es tan común verla a lomo de caballo tratando de llegar al siguiente niño que ya es conocida como La Profe Caballa.
Conociendo el problema de la zona, desde el inicio de la pandemia se reunió con los padres y los niños con el fin de encontrar la estrategia adecuada para continuar con las clases. Fue así que los propios alumnos le pidieron que los visitara en sus casas, a lo que accedió de inmediato. Todavía no sabía que muchos de ellos no vivían en el lugar donde se encuentra la escuela sino en las montañas.
Aprovechando el cierre de las instalaciones, los padres se llevaron a sus pequeños a lugares alejados donde les ayudan a cuidar del ganado y otras actividades del campo, así que Cicilia les pidió prestado un caballo para poder andar por valles y montañas con el objetivo de llevar educación a cada uno de sus alumnos, al menos dos veces por mes.
En ocasiones se queda a dormir en la casa de algún estudiante o toma descansos entre cada viaje, pues montar a caballo no es algo sencillo. Sin embargo, todo su esfuerzo ha tenido recompensas, primero, el agradecimiento de niños y padres, así como de algunas organizaciones como Caja Los Héroes, que la distinguió como parte de los “Nuevos Héroes” chilenos.
Los reconocimientos, dice La Profe Caballa, no significan que ya llegó al final de su meta, sino que la impulsan a trabajar con más fuerza y a tener más presencia con los pequeños que requieren de su apoyo para continuar con sus estudios, ya que si ella no llegara hasta sus casa, definitivamente no tendrían manera de revisar los contenidos de las clases. Sin duda, Cicilia es una heroína de esas que siempre hacen falta para que el mundo sea mejor.