La vida en Instagram suele ser una pantalla de muchas cosas, pero nadie imaginó que detrás de la vida lujosa que una muchacha de 19 años mostraba en redes sociales se escondía una historia de tráfico de drogas. Los brasileños quedaron sorprendidos con Lorraine Cutier, quien a tan corta edad ha sido arrestada por comerciar de manera ilegal con estupefacientes.
La joven proviene de una familia millonaria, por lo que sorprende aún más la noticia de su vida criminal. En su cuenta de Instagram tenía más de 100 mil seguidores con los que interactuaba todos los días y para los que subía fotografías compartiendo su vida y belleza.
Pero cuando no estaba ante la cámara de su celular o modelando, Cutier se encontraba en Cracolandia, un barrio de la periferia de São Paulo conocido por su tianguis de tráfico de drogas y por ser una de las zonas donde se concentran cientos de drogadictos.
Las investigaciones para dar con las actividades ilícitas de Cutier no fueron cosa fortuita, pues su pareja, André Luís Santos, actualmente se encuentra recluso por tráfico de drogas. Además, las autoridades sospechaban que su negocio seguía en funcionamiento a pesar de su encierro. La sorpresa fue que su novia siguió acudiendo a su punto de venta en el mercado de Cracolandia.
Las autoridades señalan que Cutier era una traficante de experiencia y bien posicionada en los puestos de Cracolandia. A pesar de haber sido arrestada junto a su novio, le fue concedido un arresto domiciliario por tener una bebé de un año. Sin embargo, Lorraine fue atrapada de nuevo en el punto de venta y por eso fue llevada a prisión.
En su casa se encontraron 400 dosis de diferentes drogas como crack, marihuana, éxtasis y cocaína. Además, les habló a las autoridades sobre un hotel abandonado que su pareja y ella usaban como bodega, donde guardaban toda su mercancía a granel.
“La gatinha de Cracolandia”, como ahora es conocida, se encuentra esperando sentencia y desde la cárcel ha mandado un mensaje a su madre:
Hola, mamá. Sé que ahora mismo no puedo decidir ni pedirte nada. Ni siquiera puedo ver a mi hija. Te quiero mucho. No se olviden de mí.