Si en una escuela secundaria vieras a una mujer de 28 años, cualquiera diría que fue por su hijo o hija, pero en el caso de Audrey Nicole Francisquini, lo que ella quería eran más seguidores en sus redes sociales, aunque el plan no le salió del todo bien.
En ocasiones nos quejamos de que los influencers, youtubers y tiktokers hacen cualquier cosa para aumentar el número de reproducciones de sus videos y de sus seguidores. Pero ni a ellos se les hubiera ocurrido caer tan bajo como meterse a una escuela para repartir volantes en físico y pedir que siguieran su cuenta de Instagram.
Audrey entró a la secundaria American Senior High School en Hialeah, Florida, y al principio no llamó mucho la atención. Logró pasar desapercibida porque traía una mochila, una patineta y una pintura en las manos. Bueno, por eso y porque en Estados Unidos los chicos y chicas de secundaria ya parecen miniadultos.
Entonces comenzó a darle a los estudiantes pequeñas hojas de papel que tenían impreso su perfil de Instagram y les decía que la siguieran en sus redes sociales. Y tú que andas haciendo SPAM en todas las plataformas para que te sigan, Audrey lo hizo al estilo vieja escuela.
No pasó mucho tiempo antes de que llamara la atención de un guardia de seguridad, quien se acercó a preguntarle quién era. Ella contestó que era una alumna y que estaba buscando la oficina de registro. El guardia le dio instrucciones de cómo llegar, pero esta instagramer se fue a otra zona para seguir con su actividad de promoción. Ahí el guardia se dio cuenta de que algo andaba mal y llamó a la policía.
Cuando los oficiales llegaron, ella logró escapar, pero como había dejado muchos volantes con su información, no fue nada difícil rastrear su domicilio. La policía fue a su casa en Miami Beach y la arrestaron, no sin que antes ella subiera una historia a su perfil de Instagram.
Esta no es la primera vez que tiene problemas con la ley. De hecho, ella trabajó como policía y fue despedida cuando hackeó la cuenta de una compañera oficial y publicó imágenes de ella en sus redes sociales. ¿Cómo alguien que piratea cuentas en Internet creyó que podría repartir volantes y tener más seguidores?
Audrey fue arrestada y ahora enfrenta cargos que tienen multas costosas. La acusan de robo de una vivienda ocupada, con una fianza de 15 000 dólares; de entrar sin autorización a una institución educativa e interferencia con una fianza de 500; y de resistir a un oficial sin violencia hacia su persona con una fianza de 1000 dólares.
No estamos seguros de que repartir volantes con tu perfil en redes sociales sea un método efectivo para conseguir seguidores entre “la chaviza”, pero al menos Audrey hizo el intento para mostrarnos qué es lo que no debemos hacer.