Ya te hemos hablado en varias ocasiones sobre las consecuencias que tiene la infidelidad, pues por medio de ella se pueden destruir familias o relaciones que parecían estables. Esta es otra triste historia de desamor, al menos para la afectada, porque el encuentro entre la esposa y amante resultó ser más como una escena de Scooby-Doo.
Resulta que un hombre le había sido infiel a su pareja y se había ido de pinta a la casa chica, pero no solo eso, traía a “la amante” de paseo en su coche. La mujer titular del matrimonio no se quedó de brazos cruzados y emprendió en su coche una persecución en el nombre del respeto a la familia, algo de lo que Toretto estaría muy orgulloso.
La mujer aplicó un cierre policial a su pareja, quien no tuvo más remedio que detener el auto y afrontar las consecuencias. Ella bajó de su coche para reclamarle que lo había agarrado con las manos en la masa de otra tortillera, mientras que él también descendió del vehículo para intentar calmar la situación que se desarrollaba en la vía pública.
Por su parte, la tercera en discordia, calladita y de puntitas, bajó del auto para intentar escapar sin ser vista por la furiosa esposa. Pero más brava que león herido, la esposa se abalanzó a abrir las puertas para enfrentarse cara a cara con quien le estaba bajando las quincenas. Sin embargo, para su sorpresa, no la encontró dentro del coche.
Lo cachoron en la movida, pero la amante sacó sus habilidades ninja para huir de la situación. Hay talento, solo falta apoyarlo, pero no contra el muro. pic.twitter.com/EO3XTX60Cl
— tacodealacran (@tacodealacran) January 3, 2023
La “querida socia” aplicó las técnicas ninjas y se escondió en el punto ciego de la mujer. Con todo el sigilo posible, puso el auto de por medio para esconderse y no tener que deschongarse por un hombre. Cuando vio su oportunidad, la amante corrió al auto de la esposa y se lo llevó de la escena para escapar en él.
Las cosas no se iban a quedar así, pues la esposa encolerizada se subió al coche del hombre y fue tras “la otra” para recuperar su dignidad y vehículo de la que no solo le robó al marido, también su auto. El hombre, como perro de las dos tortas, se quedó “nomás mirando”, pues tenía dos mujeres y un camino, pero ahora lo tendrá que recorrer a pie porque hasta sin su carro se quedó.