Una mujer sospechó que su esposo le era infiel con una de sus compañeras del trabajo, así que ideó un plan para saber quién era la que le estaba bajando al marido: colocó laxante en los chilaquiles que le dio de lonche, pero no solo hizo pasar vergüenzas a su marido, sino también a la mujer con la que estaba compartiendo la comida.
En una serie de videos publicados en la cuenta de Qué Pecado Iguala (@quepecadoigualaoficial), la mujer contó que llevaba 18 años casada con el mismo hombre, quien era el prospecto indicado para ella, ya que tenía un buen trabajo en una importante refresquera. Además, le prometió que si se casaban, no tenía que ocuparse de las labores domésticas ni de trabajar, solo había una condición: cocinarle.
Ella, encantada, aceptó el trato y su matrimonio duró casi dos décadas. Sin embargo, a pesar de que se levantaba temprano para preparar el lonche, él siempre le regresaba los trastes con comida, así que, progresivamente, dejó de cocinar y aprovechó que su marido compraba algo de comer en el trabajo. Menos esfuerzo para ella.
Pero todo cambió cuando le preparó unos chilaquiles con chile guajillo, pues su receta le encantó, no dejaba de pedirlos a diario y de dejar la comida, ahora regresaba con el plato limpio. Sin embargo, la astuta mujer comenzó a sospechar que algo andaba mal, pues su esposo sufría gastritis y reflujo, por lo que le parecía curioso que se acabara todo lo que le preparaba.
Sus sospechas fueron intensificadas cuando la esposa de otro empleado de la fábrica le advirtió que una nueva secretaria había entrado a trabajar y que andaba tras de su marido. No tardó mucho en hilar los cabos y hacer sus propias conclusiones. Ella recibió fotos de la nueva chica y hasta le dijeron que se iban a hacer rutas juntos. Entre el chisme se enteró de que comían juntos y compartían los alimentos.
Aunque tenía todo para creer que algo andaba mal, aún debía comprobarlo, así que ideó un plan infalible. La mujer colocó ocho pastillas de laxante entre la comida sin que su marido se enterara y después de la hora del almuerzo, el medicamento hizo efecto. Según cuenta en su video, su esposo no aguantó las ganas y destapó la coladera en el camión de la empresa. Además, llegó enojado a casa preguntando si algo no estaba echado a perder.
Pero no fue el único afectado, pues la tercera en discordia también desató su furia estomacal en plena junta y hasta la tuvieron que llevar a la enfermería para atenderla. Así descubrió que compartía la comida que ella preparaba con otra mujer. Luego se enteró de que hasta se la daba en la boca y le decía que los chilaquiles los preparaba su mamá.
El hombre, quien pensaba que algo estaba echado a perder en su desayuno, solo vio perdido su matrimonio, que acabó después de que fuera descubierto embarrando su crema de su chilaquil en las cazuelas ajenas. “Si estamos locas, pero estamos locas cuando nos mienten”, terminó de decir la afectada, quien se libró de un matrimonio lleno de mentiras y de platos de segunda mesa.