Muchas cosas de la vida en la escuela son para llorar, como las tareas interminables, exámenes muy difíciles, profesores despiadados, levantarte temprano para ir clases, ¿ya dije tareas? Razones para soltar lágrimas sobran, pero al menos esta alumna les dio un buen uso.
Yi-Fei Chen nació y creció en Taiwán, y para ella, lo más normal era que los estudiantes tuvieran una relación muy estricta con sus profesores. En su cultura natal, el maestro de la clase es una importante figura de autoridad, al que no se le cuestiona y siempre se le respeta. Por eso vivió mucha frustración al entrar a una nueva escuela en los Países Bajos.
Chen se mudó a ese lugar para cursar los estudios profesionales en la Academia de Diseño de Eindhoven, y el choque cultural fue extremo. Se dio cuenta de que los profesores allí eran más liberales y que sus compañeros podían expresar lo que pensaban con mucha naturalidad.
La gran diferencia entre su antigua escuela y la actual le resultó angustiante, pero Chen aprovechó esas ganas de llorar para crear un proyecto escolar épico: Una pistola que dispara lágrimas.
Para graduarse, en el 2016 Chen hizo el diseño de esta pistola que a través de una mascarilla con tubos recoge las lágrimas directamente del rostro de una persona y luego las coloca en un cilindro especial.
En ese recipiente de metal, las lágrimas son congeladas en forma de proyectiles. Luego ese cilindro se coloca como un cartucho para que las lágrimas puedan ser disparadas.
Aunque el diseño ya tiene varios años, el video de la pistola comenzó a ser compartido masivamente en Internet hasta ahora. Así es como una dama aprovecha su llanto: Creando un aparato para disparar lágrimas.
Ahora nadie quiere hacer llorar a Chen porque sus lágrimas se pueden convertir en un letal proyectil. ¿Te imaginas qué pasaría si le rompieran el corazón?