El nivel de contaminantes en la atmósfera terrestre sigue disminuyendo, lo que muchos atribuyen a la baja en la movilidad y también a que muchas empresas detuvieron su producción durante la pandemia. Sea como sea, la realidad es que es una buena noticia, pues es una oportunidad para que la dañada capa de ozono se recupere.
Hace dos años se hicieron estudios que revelaron la caída en los niveles de clorofluorocarbonos (CFC’s) y ahora nuevas investigaciones revelan que siguen bajando. Al ser consistente la baja en estos contaminantes, que son de los que más daño hacen, los expertos son optimistas con respecto a una recuperación gradual de nuestra principal protección de la radiación solar.
En los años 80 se descubrió que los CFC’s contribuyen al calentamiento global al destruir la capa de ozono, que ya había presentado “agujeros” por el daño causado. Estos contaminantes son emitidos, sobre todo, por el uso de refrigeradores y de aerosoles, por lo que desde mediados de esa década, se emitieron prohibiciones del uso de ellos en varios países y tal parece que están funcionando.
Desde hace tiempo, la NASA y otros institutos de investigación confirmaron que el agujero en la capa de ozono se estaba cerrando mucho más rápido de lo que se había previsto con las prohibiciones y medidas para combatir el cambio climático en el planeta, sobre todo porque se sospecha que hay varios países que no están cumpliendo todavía con las medidas necesarias.
Para los investigadores, este es un indicativo de que a pesar de lo grave que es el problema, todavía hay solución si se toman las medidas correctivas adecuadas y, sobre todo, si hay un verdadero compromiso tanto de las autoridades como los ciudadanos para salvar a nuestro planeta, pues a veces se nos olvida que es nuestro hogar.