La muñeca Barbie es uno de los juguetes más emblemáticos y deseados por las niñas desde mediados del siglo XX y hasta la fecha. Todas quieren ser como ella.
Y pareciera que tener una vida dulce y con su príncipe azul como esta muñeca princesa sería el mejor de los sueños para cualquier niña.
Sin embargo, esto no resulta para todas, y la rusa Angelica Kenova de 26 años de edad es una prueba de que vivir dentro de un cuento de hadas no es lo mejor que podría ocurrirle a las mujeres.
A pesar de su fama, belleza y miles de admiradores, ella no goza de una total felicidad; de hecho, su vida está absolutamente controlada por sus padres. Desde niña ha sido tratada como una verdadera princesa.
Angélica afirma que nunca ha tenido una cirugía plástica para cambiar su apariencia, y que sus padres comenzaron a vestirla como Barbie a una edad temprana.
“Desde que era niña, mis padres me forjaron como Barbie, así que estoy feliz de lo que soy ahora”.
No creerías que ella tiene que llevar a su madre a cualquier cita que logre concertar. Desde lo que come, su manera de vestir, horas de ejercicio, para qué medios posa y hasta su vida sentimental es controlada por sus padres Natalia y Evegniy. Así que vive aislada del mundo.
No es la primera mujer que vive y se parece a Barbie, pero contrario a Valeria Lukynova, Angelica asegura que nunca se ha sometido a cirugías estéticas. Todo en ella es natural.
“Barbie es una ídolo y modelo a seguir de muchas niñas, así que estoy agradecida de que para mí sea algo natural”.
Aunque para cualquier mujer, encontrar pareja podría ser uno de los mayores ahelos, para ella no lo es. El control de sus padres la desaniman.
“Siempre tengo que reservar para tres perrsonas para que mi madre pueda sentarse con nosotros, en realidad nunca he tenido novio. Todos los chicos que conozco son, simplemente, amigos”.
Con más de 13,000 seguidores en Instagram, es imposible no verla. Su escultural figura, su amplio busto y su vestimenta sensual atrae a todos los hombres. Pesa poco más de 40 kilos y tiene una cintura de 50 centímetros.
“Debería ser independiente, pero mis padres insisten en que viva con ellos. Amo a mi familia y no quiero decepcionarlos”.
Como parte de este control, ella sigue viviendo con sus padres y hasta depende económicamente de ellos y, obviamente, vive bajo sus reglas.
“Ni siquiera estoy autorizada para comprar ropa sin mi madre, a ella le gusta elegir el traje que se apegue a mi figura y destacar mis buenos encantos”.
A pesar de todo esto, Angelica aún guarda la esperanza de que llegue su”Ken” algún día.
“Estoy esperando a mi único gran y verdadero amor; no me gusta dulces ni guapos. Me interesan los hombres brutales cuyos ojos reflejen su fortaleza y orgullo”.
No se muestra del todo infeliz por la vida que tiene dentro de esta “burbuja”, aunque admite que sus padres la han mantenido en una bola de cristal, pero con suerte tal vez algún día pueda liberarse y tener una vida independiente.