Para la mayoría de la gente, convertirse en millonario es un sueño que los acompañará toda la vida, aunque en la mayoría de los casos nunca llegará a ser una realidad.
Y el saber que una adolescente ha entrado en las listas de billonarios de Forbes, quizá sea una bofetada para nuestro ego y para esos sueños, pero así es la vida: algunos lo logran, y otros son meros espectadores del éxito de los demás.
Alexandra Andresen es una adolescente noruega, de solo 19 años, y se estima que ya posee una fortuna de 1.2 mil millones de dólares, lo que la convierte en la multimillonaria más joven del mundo. Su hermana, Katharina, de 20 años de edad, también entra a la lista, gracias a que posee el 42.2 por ciento de la compañía Ferd Holding; el resto de las acciones es de Alexandra.
Su padre trasladó las acciones a sus hijas en 2007, pero todavía mantiene el control de la empresa.
Alexandra es la hija de Johan Andresen, un inversionista de Oslo, Noruega. Desde los 11 años, ella estudió en el internado Forres Sandle Manor, en Fordingbridge. Desde hace un año ha continuado su educación en Oslo.
Alexandra también es jinete, por lo que dedica gran parte de su vida a sus caballos en Instagram. Su pasión ecuestre ocupa un lugar central en su vida y ya ha ganado tres campeonatos de doma. Andresen se centra ahora en su carrera profesional y montar a caballo, y aún no muestra signos de convertirse en un propietario activo de la empresa familiar. Ella dijo en Eurodressage en 2015: “Esto es lo que quiero hacer el resto de mi vida: ¡montar!”.
La familia estuvo involucrada en la industria del tabaco, con su marca Tiedemanns, hasta 2005, cuando vendió sus acciones a a Skandinavisk Tobakskompagni por casi 500 millones de dólares. Ahora, la sociedad de inversión Ferd gestiona principalmente fondos de cobertura y se dedica a las bienes raíces.
Según Forbes, Ferd comenzó en 1849 como una compañía de tabaco. Y un dato interesante, es que los 3 multimillonarios más jóvenes de la lista de Forbes. El tercero más joven tiene 22 años de edad, Gustav Magnar Witzoe, con una fortuna de 1.1 billones de dólares, después de haber heredado el 47 por ciento de SalMar ASA, un productor líder de salmón de piscifactoría.
En Noruega, las fortunas se heredan comúnmente a los hijos, por motivos fiscales, pero también por una costumbre escandinava de entregar la fortuna a la generación más joven, con el fin de hacerlos participar en el negocio de la familia.
“De hecho, ahorro todo el tiempo; siempre lo he hecho. Ahorro cuando llega mi asignación semanal, y ahorro lo que gano en los premios en metálico por las competiciones en que participo, o si consigo dinero como un regalo para mi cumpleaños. Significa que puedo comprarme cosas que realmente quiero, como un bolso o un par de zapatos, sin tener que pedirle dinero a papá o mamá”.
Alexandra ahora vive en Alemania, y ha ganado varios concursos en su caballo “BelAmour”‘ en el Campeonato Junior Riders en Europa.
“Siento una gran responsabilidad. En cierto modo creo que no merezco esto, pero quiero ayudar a desarrollar Ferd y que sea aún mejor. El hecho de que mi familia tenga recursos me ha dado muchas oportunidades, especialmente para montar a caballo, ya que requiere de una gran cantidad de capital. Pero no basta con tener dinero para tener éxito”.