En el intento por dejar el tabaco, muchas personas han hecho de todo, como masticar chicles con nicotina, parches y hasta la abstinencia, siendo esta última el propósito más difícil para dejar de fumar.
Un herramienta que al parecer ha funcionado, son los famosos cigarrillos electrónicos, que prometen ayudar a los consumidores de cigarrillos a abandonar el “vicio”, de una manera saludable y con porcentajes de hasta 95% menos dañino. Sin embargo no todo es “miel sobre hojuelas”, pues al parecer este método es igual de dañino que fumar.
Los informes de una investigación realizada por la American Heart Association, dicen que uno de cada 20 adultos en los Estados Unidos ha adquirido el gusto por los cigarrillos electrónicos, y según el estudio, el uso de estos artefactos podría aumentar el riesgo de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares o desarrollar enfermedades del corazón en hasta un 60%.
Esta última investigación, que encuestó a 400 mil personas, muestra un vínculo entre el uso de cigarrillos electrónicos y la formación de coágulos de sangre en el cuerpo, por lo que también más propensas a sufrir un derrame cerebral hasta en un 71%.
A pesar de todos los hechos que demostró el estudio, y que el 4.2% de las personas que participaron sufrieron un accidente cerebrovascular, no existe evidencia alguna de que los cigarrillo electrónicos hayan provocado la muerte a algún consumidor.
De acuerdo con el sitio Mail Online, el doctor Larry Goldstein, presidente del departamento de neurología y codirector del Instituto de Neurociencia de Kentucky, los problemas de salud podrían avanzar. Él dijo:
Obviamente, es bastante preocupante. Esto es solo la ‘punta de la lanza’ de una ‘ola’ de enfermedades cardiovasculares que puede venir en el futuro, especialmente porque los cigarrillos han sido muy atractivo para el sector joven. Este es el primer dato real que estamos asociando al uso de cigarrillos electrónicos con eventos cardiovasculares difíciles.
Añadió:
Pero es una gran preocupación, sobre todo porque en todo el país (EE.UU.) ahora hemos visto una nivelación, y en muchos casos un aumento en el riesgo de mortalidad por accidente cerebrovascular. Es difícil saber qué contribución tienen estos productos, pero no parece ser más seguro que el tabaco, ni ahora, a partir de los datos disponibles.
Y a pesar de todo… el año pasado, una investigación realizada por el sector de Salud Pública de Inglaterra, afirmó que el vapeo es al menos un 95% menos dañino que fumar, por lo que la controversia sigue en el aire.