El ser humano es la única criatura capaz de cortar (y matar) una flor nomás porque que le gusta, o arruinar una obra de arte con tal de satisfacer su vanidad, y para muestra tenemos el caso de este visitante en un museo italiano.
Las cámaras de seguridad del Museo Gipsoteca Antonio Canova, en Possagno, Italia, captaron a un turista de unos 50 años de edad, quien se sentó sobre la escultura de Antonio Canova llamada Paolina Borghese, que data de 1805 y es un retrato de Paulina Bonaparte (hermana de Napoleón Bonaparte), recostada como si fuera una diosa Venus.
El visitante dejó caer toda su humanidad sobre esta obra de mármol y se tomó una selfie, pero al levantarse se dio cuenta que le había roto dos dedos del pie a la escultura. En la grabación se nota cómo simplemente trata de esconder los dedos, e incluso se pone de pie frente a la obra para que otros turistas no vean lo que hizo, y finalmente huyó.
En cuanto los encargados del museo se dieron cuenta compartieron en las redes sociales su enojo, haciendo un llamado para que todos tengamos precauciones al visitar estos centros turísticos. Ya se pusieron en contacto con los restauradores profesionales para evaluar las opciones de volver a colocar los dedos a esta Paolina mutilada.
Días después el museo recibió una carta del responsable de esta mutilación accidental, quien se identificó como un hombre de Austria, pidió que no fuera revelado su nombre y que se pusieran de acuerdo con él para saber de qué manera puede enmendar su error.
Al menos él dio la cara, no como muchos otros turistas que arruinan obras de arte y bellezas naturales con tal de conseguir la foto perfecta para presumir en sus redes sociales.
Aquí les dejamos el video compartido por el museo de Possagno, en el que se aprecia el momento exacto cuando le rompen los dedos a la bellísima, histórica e invaluable escultura de más de 200 años.